tag:blogger.com,1999:blog-35994333082275302532024-03-19T23:22:29.119+01:00Unidad 86... Si cree solo en lo que ve o piensa que lo que ha visto no puede ser posible, jamas creerá los casos que suceden en la UNIDAD 86...Anthony Bhttp://www.blogger.com/profile/16575473139711324451noreply@blogger.comBlogger11125tag:blogger.com,1999:blog-3599433308227530253.post-68255475555364640412014-11-13T22:44:00.002+01:002015-05-23T13:07:57.734+02:00Episodio 07: - Informe 6219 - el loto blanco<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<span style="font-family: inherit;">Consulté el reloj, intentando distraerme con cualquier nimiedad: Las dos de la madrugada en el puerto de Manhattan. No pude más que suspirar. A aquellas horas, yo debería llevar ya un buen rato en mi séptimo sueño o, como mucho, llegando a casa felizmente borracha, no teniendo que aguantar a la mitad de la plantilla dando vueltas de un lado para otro, tan entretenidos como yo. El pequeño Gran Jack me pegó un codazo y me indicó que pegara la oreja.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- ¿Cuál crees que caerá primero? – me preguntó al oído entre risas.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">Eché un rápido vistazo a la tropa: Vladimir y su inseparable Ariel cuchicheando entre sí, mi asquerosa nueva compañera mirando al cielo y Goemon con la punta de los zapatos pegados al borde mirando al horizonte con sus gafas de sol puestas.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Votaría por la rubia a la que le va a caer un mosquito en el ojo. Pero, sinceramente, dudo mucho que el señor director nos haya reunido para hacer una prueba de resistencia al aburrimiento.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">Gran Jack no pudo reprimir una carcajada. Todos se volvieron hacia nosotros, inclusive la mirada del jefe que fue capaz de traspasar los cristales oscuros que la cubrían. Gran Jack carraspeó y se cuadró y yo simplemente miré hacia otro lado. La única que se nos quedó mirando fue la queridísima Ángela, con aquella cara de no saber si le producía náuseas o diarrea. Para evitar su mirada, me quedé mirando a Goemon: Tan solemne y ridículo con gafas de sol en mitad de la noche; aunque, lo más extraño era verle solo sin la pesada compañía de su entrañable Doris.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">Antes de que pudiera seguir cavilando, la bocina de un barco resonó en todo el puerto. Se acabó el relax, casi sin proponérnoslo cada cual se fue posicionando alrededor del jefe. Poco tiempo después, pudimos ver cómo un gran barco se acercaba para atracar. Volví a mirar el reloj, más por curiosidad que por verdadera necesidad. Casi daban las tres.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">Con forme el barco atracó en puerto, Goemon nos hizo un gesto con la mano para que le siguiéramos. El barco era bastante largo, por lo que nos llevó nuestra propia procesión llegar hasta las escaleras de desembarque. Un grupo de figuras se fueron dibujando y, antes de poder verles las caras, nuestro líder se reverenció ante la primera de ellas: Un ser mucho más bajito, gordo y viejo que el resto.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Maestro Fa, es todo un placer volver a estar en su presencia – dijo sin levantar la vista del suelo.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Ya no eres un aprendiz – dijo el gordo bajito acercándose hasta poder colocar su mano diestra sobre el hombro de Goemon -. Y, por lo que sé, has demostrado hacer buen uso de todo cuanto te enseñé.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Maestro, para mí usted siempre seguirá siendo una fuente de enseñanza.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Mi maestro siempre decía que es la vida quien enseña. Aunque tu abuelo siempre pensó que nuestro maestro era un viejo charlatán. – El maestro Fa rió, después le dio unos toquecitos en el hombro al jefe para que se levantara -. ¡Ah! Añoro esos años… y a ellos también. Tu abuelo estaría orgulloso de ver el hombre en el que te has convertido.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">De repente ambas sonrisas menguaron, había llegado la parte seria. Miré de reojo al resto del equipo, estaban todos tan expectantes como yo por saber qué coño hacíamos allí asistiendo a una reunión de antiguos compañeros.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Maestro – el primero que intervino fue Goemon -. ¿Por qué está aquí?</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">Goemon y el gordo bajito echaron a andar, para después deshacer sus pasos mientras dialogaban. El círculo del equipo se alargaba y se estrechaba a su conveniencia. De todas formas, nunca se alejaban demasiado del barco.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">Desde el conocimiento del maestro Fa, en Oriente hacía meses que se llevaban denunciando el secuestro de ingenieros coreanos, ingenieros especializados en la transmutación de especies. El Loto Blanco había llegado a la conclusión de que el grupo que estaba detrás de los secuestros, era el mismo que estaba experimentando con criaturas místicas, cuyos secuestros llevaban una buena temporada realizándose por todo el continente asiático.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Mis mejores agentes aseguran la existencia de un transporte entre Asia y América, puede que sea para el intercambio de esa nueva arma que han creado. Los tratados prohibían la intervención de cualquier grupo externo – finalizó el maestro Fa.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Si sus sospechas e informaciones son ciertas, en estos muelles puede que se encuentre esa arma asiática.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Además del posible paradero de los ingenieros y víctimas de los secuestros, sí.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">La Unidad 86 pone a su entera disposición todo lo que pueda necesitar, nuestras instalaciones y el equipo que hoy me acompaña. – Goemon volvió a reverenciarse ante su maestro.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">El anciano se quedó callado y cabizbajo, tan meditabundo que por un momento dudé en si se habría quedado dormido. El jefe no se levantó, pero le observaba de reojo con la preocupación en los ojos. Por mucho que sus posiciones les separaran, Goemon lo respetaba, e incluso, yo diría que lo idolatraba. Tenía la impresión de que si estuviera en su mano, el jefe daría su propia vida por la de su maestro, sin dudarlo siquiera. Esta escena rompería el corazoncito de la cándida Doris, lástima que no estuviera aquí para verlo.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- ¿Qué le preocupa, maestro? – preguntó Goemon situándose frente a frente.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Es ese asunto con la Bastilla. Los demás grupos nos sentimos como… como despreciados por no habernos solicitado personal, aún siendo un caso como el de esa chica tan… necesario. En el Loto Blanco la gente empieza a murmurar acerca de tu sucesión y de cómo, conociendo como conoces nuestra Organización, no quieras a ninguno de los nuestros en tu casa.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">Todo se quedó en silencio por unos segundos, Ángela había chasqueado la lengua al escucharles hablar sobre ella y, por una vez, le daba la razón. Ese viejo altivo sabía cómo aprovecharse de Goemon y ponerle en un compromiso.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Gran maestro – dijo al fin el jefe con voz solemne -. Por favor, pido que me disculpe por todos los malentendidos y todas las habladurías que se han generado por mi causa. Pero mi posición me obliga a tomar decisiones por encima de mis propios deseos o intereses. El asunto tratado con la Bastilla fue, como usted mismo bien ha comentado, necesario. No obstante y como prueba de fe de nuestro interés porque nuestros lazos con el Loto Blanco sigan fortaleciéndose con el paso de los años, le agradeceríamos que usted, gran maestro Fa y director de la Organización del este, considerase ceder un agente que pueda ser de utilidad nuestra Unidad 86.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Acepto – la respuesta del maestro fue inmediata -. Mi agente ha estado esperando por esa petición. Y como muestra de que es también mi interés el convenio entre ambas casas, el Loto Blanco te ofrece a ti, Goemon, a su mejor agente. ¿Oíste Lee Mei? – al decir las últimas palabras, el anciano alzó la voz pudiéndose notar con claridad un deje de rin tintín.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">El jefe palideció, se quedó inmóvil y con la boca tan abierta que un Antonov An-225 podría aterrizar en sus encías sin problemas. Mientras todos estábamos distraídos creyendo que a nuestro superior le había dado un pasmo, una sombra se deslizó desde el barco y, en un salto, se colocó entre el viejo gordo y el jefe. Era una mujer de mediana edad, le eché entre treinta y cuarenta; buen físico, curvilínea, cintura de avispa y, tal como había demostrado, con unos músculos bien preparados. Lo desconcertante de aquella mujer no era su vestimenta de mono de cuero y vinilo que ya querría yo para mí, sino la forma en que miraba a Goemon y en cómo le sonreía. No la conocía, pero ya me habían entrado ganas de borrarle aquella estúpida sonrisita con mis nudillos. En una acción tan impulsiva como su entrada, se abalanzó sobre nuestro jefe. Jode reconocer que la primera en reaccionar fuera Ángela, sacando su pistola de mano y apuntándola; el resto del equipo la secundamos. Rápidamente, Goemon alzó la mano y luego la dejó caer en modo de descanso. Todos bajamos inmediatamente las armas. ¡Me volvía a quedar con las ganas!</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">Resultó que aquella mujer era (o, mejor dicho, fue) la prometida del señor jefe, a la vez que nieta del viejo gordo bajito y, por consiguiente, su sucesora. Todo había ocurrido mucho antes de la Unidad, en su juventud. Lee Mei había conquistado los corazones de los dos herederos del clan Ishikawa. Aunque tanto el maestro Fa como Mei habían elegido a Goemon, su hermano no llegó nunca a aceptar dicha decisión. Con el tiempo, nuestro jefe pasó a formar parte del Loto Blanco y su maestro lo preparó para ser su sucesor. Lejos de querer una alianza entre la casa de los Ishikawa y la del Loto, el hermano de Goemon le tendió una trampa, fracasando y muriendo en el intento. Ese hecho, por más insignificante que pudiera parecer, cambió el rumbo de los hechos de una manera brutal. Sin su futuro líder, los Ishikawa no permitirían que el Loto Blanco se quedase con su único heredero y Goemon no podía dejar de sentirse culpable por la muerte de su único hermano, por lo que renunció a su maestro para convertirse en el futuro heredero del clan Ishikawa. ¡Y aquí estamos! Unos buenos años después cayendo en el engaño de un viejo y su nieta. Sabía que el jefe era algo confiando y simplón pero no como para dejarse engañar con un truco tan obvio. </span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Bien Lee Mei, tu abuelo y tú permaneceréis junto a mí hasta que llegue el helicóptero que nos lleve al nido – dijo Goemon dirigiéndose a los recién llegados. Ambos asintieron con un gesto de cabeza. Después activó su intercomunicador -. Ángela, ¿me recibes? A partir de este momento eres los ojos de todos, si algo se mueve y no es de los nuestros… reviéntale los sesos, hazlo explotar, haz lo que te dé la gana… pero elimínalo, ¿entendido?</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Oui, mon capitaine – le saludó al estilo militar y, colgándose el francotirador al hombro, buscó un sitio lo bastante alto para ocultarse.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Abby – escuché la voz de Goemon hablándome por el intercomunicador -. ¿Querías una oportunidad para demostrar lo que vales? Pues estás al mando del equipo de rastreo -. Asentí una sola vez -. Vlad, Jackson… ¡Evitad que la maten!</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"> Oí cómo una risa se escapaba entre los labios de Gran Jack. Los tres nos unimos y comenzamos a movernos. Ariel nos miró y volvió a mirar al jefe… nuevamente, se olvidaban de ella.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- ¿Y yo, director general?</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Tú estarás entre Ángela y el equipo de rastreadores. Las órdenes son claras: Nada entra ni sale y, si algo estorba, hazlo volar. Deja que la pequeña “Vin Brulè” deje caer copos de nieve roja.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- ¿Vin Brulè?</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Así llamaban a Ángela en la Bastilla, por ser la única capaz de permanecer en su posición sin moverse durante la mayor tormenta de nieve del invierno francés más crudo. El único rastro que quedó de sus enemigos fue la nieve roja. Además, es una bebida francesa que se consume usualmente en temporada de invierno.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Uhh, alguien ha dado clases de historia francesa y ha cogido mi expediente como libro de texto – el sarcasmo de Ángela era palpable hasta con el cimbreo del intercomunicador.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">Si vas a contar las cosas, hazlo bien. El “Vin Brulé” es una bebida proveniente de la región suroeste de Francia y está elaborada a partir de vino tinto, combinado con zumo de naranja y distintas variedades de especias – intervino Vladimir.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- ¡Wow! Perdonadme pero, ¿cuándo dejó esto de ser una misión de exploración para convertirse en una cata de vinos? – Gran Jack se reía a carcajadas y, exceptuando a Vladimir, se nos pegó al resto.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- ¡Ya basta! Os quiero en silencio y con los ojos bien abiertos, ¡moveos ya!</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">Con el grito de salida todos empezamos a movernos como un enjambre de abejas, mientras de fondo se escuchó las hélices de un helicóptero tomando tierra. Limpié mi mente de bromas y tonterías, era mi oportunidad de demostrar que se podía confiar en mí y, tal vez, que podía volver a trabajar sin la barbie francesa pegada a mi culo.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">Recorrimos y revisamos cada rincón del puerto de carga. Los enormes contenedores nos encerraban como en un laberinto de metal. Lo único que podía escuchar eran mis pisadas y el eco de las de mis compañeros. La bruma de la madrugada dejaba el suelo humedecido con algunas zonas encharcadas que hacía chasquear las botas. ¡Era delirante!</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- ¿Sientes algo, Vlad? – mi voz no fue más que un murmullo, pero el eco lo extendió y repitió por toda aquella ciudad de hierro y acero.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- No detecto ningún tipo de actividad psíquica – respondió.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Tampoco hay nada natural. Una de dos: O no hay nada… o está muerto – respondió Gran Jack.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">Personalmente prefería que no hubiera nada, pero tampoco podía confiarme al cien por cien. Natura y acero no se llevaban bien, seguramente, Gran Jack tendría sus habilidades limitadas por la cantidad de acero que nos rodeaba. Seguimos rastreando, tal como habían dicho mis compañeros, no había nada vivo por allí ni rastro de nada parecido.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">Comenzaba a sentir las piernas cargadas y adormiladas, no quería mirar la hora pero debíamos de llevar casi dos horas dando vueltas de un lado para otro.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- ¡Chicos! Aquí no hay… - iba a decirles a los demás que no había nada, que podíamos informar al jefe de que se quedara tranquilo y, con suerte, que nos mandara de vuelta a casa. Pero entonces noté algo extraño.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- ¿Abby? –. Gran Jack estaba al otro lado, pero yo ya no le escuchaba.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- ¿Qué cojones es ese olor?</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">Cerré los ojos para concentrarme mejor en el olor, era un olor extraño, pero me recordaba a algo. Era una mezcla, olía muy levemente a sangre, sangre mezclada con…</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- ¡Abby! – Gran Jack llegó a mi lado.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- ¡Huele! – sonó como una órden y él obedeció.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- ¿Qué es esa peste? – Gran Jack se cubrió la nariz, ese gesto me hizo recordar dónde había olido eso antes.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- ¡Fécula de patata! – me miró como si estuviera loca o como si acabara de decir la mayor tontería de la historia –. ¡Sí! Soy muy fan de comprar paquetes de fécula de patata para hacer purés, lo uso sólo en caso de imprevistos y eso no es muy a menudo. Una vez abrí una de esas bolsitas y olía exactamente igual… ¡Estaba malo, obviamente!</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">Gran Jack se acercó al contenedor que teníamos delante, arrancó el candado y abrió las dos puertas. La peste lo hizo retroceder y a mí me entraron ganas de vomitar.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- ¡Por la santa savia maestra! ¿Pero qué coño es esto? – Gran Jack ahogó una náusea.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Camuflaje – le respondí, aunque él no esperaba respuesta -. Es la artimaña más utilizada por los contrabandistas. Ningún agente federal tiene valor de registrar un contenedor lleno de patatas, el calor que hace dentro a causa del sol provoca una descomposición rápida. El resto de contenedores deben estar llenos hasta arriba, así éste queda oculto.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Y… ¿Cómo sabes que éste es el bueno?</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- ¿No notas nada más a parte de la pestucia? -. Al decirle aquello, Gran Jack dejó las arcadas aparte y rastreó el olor.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- ¡Sangre! – asentí ante su descubrimiento.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Abrió los brazos en toda su anchura y dio una fuerte palmada. La onda expansiva del sonido movió el cúmulo podrido de tubérculos quedando en total oscuridad su interior. Saqué la linterna y apunté al hueco: Pude ver un montículo de cuerpos ensangrentados al fondo. Me acerqué un par de pasos pero, en el momento en que puse un pie en el contenedor, todo empezó a vibrar. ¿Era yo o el montículo de carne se había empezado a mover?</span></div>
</div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
</div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">- ¡CUIDADO! – Gran Jack me apartó de un golpe.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Aún aturdida, pude ver cómo algo explotaba. Me refregué los ojos al tiempo que Gran Jack caía al suelo sin su brazo izquierdo. Vladimir se acercaba corriendo hasta nuestra posición por el flanco derecho y, justo enfrente, tenía a un monstruo sin ojos, algo más grande que un humano pero no mucho más que Gran Jack, lo único que llevaba puesto era unos andrajosos pantalones de estilo japonés. Con la inercia de la carrera, Vladimir golpeó al monstruo lanzándolo de nuevo al interior del contenedor.</span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">- ¡Abby, apartaos de él! Es un Jiang Shi, un vampiro antiguo. No es como es como yo, no se alimenta de sangre sino de almas. Es lo que acaba de intentar ahora contigo. Si os atrapa y lo miráis fijamente a sus ojos ciegos, estaréis perdidos. Dejadme el cuerpo a cuerpo a mí.</span></div>
</div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Todo sucedía tan deprisa que apenas me daba tiempo a asimilarlo. Agarré a Gran Jack mientras se recuperaba del sock de la amputación y lo retiré para dejarle a Vladimir campo libre. Sacó las garras, toda su masa muscular y desenfundó los colmillos; la criatura respondió haciendo lo mismo. </span></div>
</div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Después, era como ver una película con el avance rápido activado: Veía una sucesión de golpes, mordiscos y cabezazos en los cuales no podía distinguir si era Vladimir o el monstruo quién los asestaba. Busqué una posición que me permitiera dejar a Vlad en el lateral de mi campo de visión y comencé a dispararle a aquella cosa, Gran Jack se fue reponiendo y, arrancando trozos de cemento, se los tiraba a dúo con mis disparos. Pero la criatura los esquivaba con una soltura que parecía que fuera una coreografía ensayada. En un estallido de rabia, el Jiang Shi golpeó con tanta fuerza a Vladimir que lo hizo retroceder, pudiendo volver a salir del contenedor. Gran Jack y yo nos recolocamos a una distancia prudencial.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Ya no le tengo a tiro – me quejé en voz alta.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Vas a tener que ayudarme, Jacks – pidió Vlad.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: inherit;">No puedo recordar si lo hablaron o, simplemente, lo intuyeron. Pero Vlad y Jacks se movieron al mismo son, golpeando por los dos flancos a la criatura haciéndola volar unos cuantos metros. Ariel se unió al conflicto y elevó al monstruo y lo mantuvo al alcance del francotirador de Ángela. Tal como decía su expediente, la pequeña “Vin Brulè” no falló un solo tiro. Esto era más propio de una animación que de la vida real.</span></div>
</div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">De repente, algo falló. La fuerza psíquica del vampiro antiguo desestabilizó a Ariel, en ese momento de despiste, la criatura la agarró y la lanzó contra el montacargas en el que estaba Ángela. No pude ver a Ariel, pero sí vi a Ángela caer al vacío. Me levanté de mi posición y comencé a disparar como si la vida me fuera en ello que, al parecer, me iba. Gran Jack le lanzó un contenedor de acero y alguna que otra viga de hierro… Tan sólo tuvimos un par de segundos de retención: Las balas no le hacían el menor daño y doblaba el hierro como si fuese gomaespuma.</span></div>
</div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Nuestra única esperanza seguía siendo Vlad, que era el único capaz de contenerlo cuando se lanzaba contra él a golpe limpio. Pero con forme corrían las horas en el reloj, Vlad se iba debilitando mientras que el vampiro antiguo parecía renovar sus energías con cada golpe. Iba a pedir la retirada a Goemon cuando Vladimir se me adelantó por el intercomunicador.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">- Señor director, he descubierto algo.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- Infórmeme, agente Romanoff. ¿Qué es lo que ha descubierto?</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">- Esta cosa no es exactamente un Jiang Shi, lo parece pero no lo es. Su mente está vacía, actúa por instinto e imita los ataques de sus adversarios. No creo que podamos reducirlo y capturarlo. Propongo su eliminación.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: inherit;">- ¿Tienes algún plan?</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">- El nido es el único que tiene el armamento adecuado para aplastarlo. Puedo intentar contenerlo y reducirlo el tiempo suficiente como para que acabéis con él… pero tendremos una sola oportunidad.</span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Aceptamos tu plan, agente Romanoff. Proceda -. Antes de que se cortara la comunicación se le oyó gritar: – ¡Plasman! Active todas las defensas, código 925.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">- Vladimir lanzó un grito y volvió a arremeter contra el monstruo como si no hubiera un mañana. Vi cómo la criatura machacaba su espalda a golpes cuando intentó agarrarlo. De no hacer algo, se libraría del agarre en segundos, no daría tiempo a que llegara el nido.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">- ¡Jackson! Atrápanos con raíces, ¡deprisa! – gritó Vladimir al borde de sus últimas fuerzas para retenerlo.</span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Gran Jack no dudó, usó los tubérculos para crear una red de raíces que los fue cubriendo a los dos a la vez que los ataba uno contra el otro. Sentí las vibraciones del nido acercándose. Justo cuando las raíces se empezaban a romper.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">- No aguantará – farfulló Gran Jack.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">- Aguántalas un poco más, ya están aquí – le animé yo.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: inherit;">-¡DISPARAD! –. La voz de Plashman se escuchó como un eco lejano.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Del mismo modo que me sentí aliviada… sentí cómo se me sobrecogía el corazón y, durante un minuto completo, dejé de respirar.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Sólo me arrepiento de una cosa: No vi a Ariel acercarse, no me dio tiempo a interceptarla, no pude evitar que viera como Vladimir era agujereado junto al Jiang Shi. Sus gritos sólo eran silenciados por las ametralladoras del nido, todas al unísono contra un enemigo que ellos creían común.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Sé que algo pasó en el nido, escuché a Goemon gritar y acto seguido todas las armas se silenciaron.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">- Abby, ¿estáis bien? –. Miré a mi alrededor. No supe qué contestar -. Abby, ¿me recibes? ¿Vladimir ha sobrevivido?</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Miré hacia la bola de carne y sangre en la que se habían convertido los dos vampiros, enemigo y aliado. Ariel se dejaba la vida y las fuerzas por separar los dos cuerpos, nos rogaba ayuda gritando entre llantos que no respiraba. Busqué a tientas al resto de mi equipo, Gran Jack se mantenía en pie apoyándose contra una de las vigas, agarrándose el muñón en el que se había convertido su brazo izquierdo. Ángela seguía inconsciente tras la caída, milagrosamente con una única pierna destrozada… pero viva.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">- No, señor, aquí no hay nada bien.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Después de aquellas únicas palabras que pude pronunciar, sólo quedó oscuridad. Hasta que me desperté en la unidad médica. No pude recordar nada, si ganamos… o fuimos nosotros los que perdimos.</span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
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<br />
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: inherit;">INFORME CERRADO</span></div>
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Anthony Bhttp://www.blogger.com/profile/16575473139711324451noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3599433308227530253.post-53407970780581802852014-01-21T17:13:00.000+01:002014-01-22T00:03:27.213+01:00Episodio 06: Diario Secreto del Director General - Ataque directo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<br />
Todo el mundo empieza el día con una taza de café y unas tostadas; yo prefiero hacerlo con una taza de té y una sesión de meditación. El problema de dirigir una unidad paranormal y tratar a todas horas con criaturas extraoficiales es que tus problemas mentales no pueden ser tratados en un especialista.<br />
<br />
Unas voces llegaban desde el corredor, aún no daban las ocho en el reloj y ya había alguien discutiendo con todo aquél que se topaba en su camino. Es curioso que, a pesar de todas las criaturas sobrenaturales a las que trataba continuamente, la mayoría de mis problemas venían siempre de la misma persona, una humana… ¡Abby! Cualquier problema al que me haya enfrentado desde que tomase posesión de mi cargo se volvía banal a cualquiera que inmiscuyera a Abby. Sólo una pequeña y en apariencia insignificante humana había roto el nirvana de mi vida. Sin embargo, sus peculiares formas y personalidad, me recordaban a las de mi difunto hermano, Lun; aunque debo reconocer que él no me costó tantas remodelaciones de despacho. Aún quedaban en él restos del paso de Abby tras la misión en el pueblo de Suidville, ni el mismísimo príncipe Gabriel –que venía a recibir una disculpa de la unidad y de nuestra agente en particular–, había ocasionado tantas incomodidades. Ése había sido, sin ninguna duda, el día de Vladimir: Gabriel queriendo ver a su viejo hermano de armas, Abby y sus preguntas incontestables… ¡Todo el mundo quería verlo!<br />
<br />
Tres golpecitos suaves resonaron en la puerta. Gracias a Buda, Doris siempre tenía a bien traerme una tetera con mi taza de porcelana de color verde, mi favorita.<br />
<br />
<a name='more'></a><br /><br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Sus pastillas, señor –. No pude más que sonreírle, tenía la atención y el mimo de una madre.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Creo que hoy voy a pasar, Doris. Prefiero tener la mente clara.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Señor, Ángela Moliére está fuera – tomó aire y procuró que su expresión no se torciera demasiado -, y Abby también. Preferiría que las tomara ahora, me ahorraría el esguince de tener que sortear los restos de su despacho como la última vez que Abby tuvo compañero nuevo.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Doris, esta vez será diferente – la atajé -. Abby sabe que su misión fue un fracaso y como adulta admitirá que necesita un compañero. Para eso está aquí Ángela…<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿Para matarse con Abby? – interrumpió con una incontrolada risa. Sólo necesitó una décima de segundo para saber que estaba fuera de lugar -. No voy a discutir con usted sus decisiones, sólo pienso que… en vez de solicitar una agente a La Bastilla como Ángela, yo les habría mandado a Abby directamente…<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Doooooriiiiisss – arrastré las sílabas elevándolas por encima de su tono de voz. Ella se silenció y yo le di un trago a mi taza de té.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Aquí tiene el expediente de Ángela, ¿necesita alguna cosa más?<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Gracias, Doris, eso es todo. Dile a Ángela que pase y, cuando te lo pida, que lo haga también Abby.<br />
<br />
Asintió dos veces, frunció los labios y me retiró las pastillas. Si no la conociera tan bien no sabría a la perfección cuánto detestaba a Abby, pero no tanto como que yo la sobreprotegiera.<br />
<br />
Unos instantes después, Ángela entró en el despacho, se sentó en silencio y totalmente inmóvil mientras yo leía su expediente. Dejándolos apartados sólo para darle un sorbo a la taza de té, me asaltó su ansiedad por empezar:<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>General, ¿cuál es mi misión y de qué armamento dispongo? – dijo decidida, mirándome directamente a los ojos.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Señorita Moliére, creo que está usted confundida – alcé la mano para indicarle que no me interrumpiera -. En primer lugar, soy Director General; para dirigirse a mí hágalo en ese término, no en otro. Por otra parte, aún no es tiempo de que piense en misiones. Aún no se ha establecido ni ha entrenado con su compañero – dije volviendo la vista a su expediente.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿Disculpe? – su grado de indignación me chirrió en los oídos -. ¿Compañero? Me parece que usted ha entendido mal. Me ha enviado La Bastilla porque consideraron que mis habilidades eran necesarias, pero ni tuve ni tendré compañeros.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Compañera, para ser exactos y, por lo que sé, tenéis mucho en común. Tómelo como una experiencia instructiva, señorita Moliére.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¡Es mi norma! Fui enviada para… - volvió a interrumpir y yo volví a atajarla levantando la mano.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>No vuelva a interrumpirme, señorita Moliére, me tomo muy a mal las faltas de educación. Y, si pregunta por el motivo de su traslado, le diré que sus formas han dejado un largo expediente de compañeros heridos, impedidos y, en los peores casos, fallecidos. Su propia unidad se ha visto aliviada y no ha dudado en enviarla al saber que teníamos al compañero perfecto para usted. Ambos creemos que su colaboración con nuestra agente será la unión entre las dos casas. Además, será beneficioso para usted dejar enfriar ciertos sucesos sucedidos en Francia… Bueno, dejémoslo – paseé la vista tranquilamente por el despacho, deteniéndome en mi colección pictórica.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Estoy en total desacuerdo. Va contra mis normas y, de verme obligada, recogeré mis cosas y volveré a mi país – su tono amenazante fue acompañado del impulso de levantarse dando un taconazo.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿Sus normas? – di un golpe seco en la mesa y Ángela volvió a sentarse -. ¡Me importan una mierda sus normas! Usted no escucha, ¿verdad? – hice una pausa aunque, esta vez, ella no dijo nada -. Sus palabras son muy emotivas y heroicas… pero ni su emotividad me interesa lo más mínimo ni estoy sentado frente a una heroína. Puede leer su propio informe – al decir estas palabras, le lancé la carpeta y ella comenzó a ojearlo en silencio -. Como verá, es la menos indicada para exigir establecer sus propias normas: Explosiones imprevistas, destrucción del equipo, abandono del compañero, amputaciones, violencia extrema a posibles fuentes de información… no creo que haga falta que mencione los asuntos mayores, ¿cierto, señorita Moliére? Así que cállese y no me explique cómo debo de tratarla.<br />
<br />
Esperé dos minutos a que Ángela terminara de leer su informe, terminé mi té y pulsé el comunicador para pedirle a Doris que hiciera pasar a Abby.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Señorita Moliére, le presento a la rastreadora Abby McGonagall, su nueva compañera.<br />
<br />
Ángela palideció y Abby enrojeció de ira. Ejercí todo mi control mental para taponar mis oídos y evitar que las malas vibraciones –y palabras– que ambas se dirigían me afectasen. Hasta que uno de los jarrones que adornaban las estanterías quedó hecho añicos en el suelo. Ángela se mostraba reprimida por mi presencia, con los puños apretados y lanzando palabras venenosas que exaltaban la ira de Abby, que se comportaba igual que un titán arrojando cosas rompibles a los pies de su compañera. Alcé la mano y ambas se silenciaron por media fracción de segundo.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Ese jarrón costaba más de lo que ganas en un año, mi querida agente McGonagall -. Ella siseó inquieta -. Por favor, señorita Moliére, retírese y prepárese para comenzar las prácticas de campo mañana a primera hora.<br />
<br />
Ángela pasó como una flecha hacia la puerta, ondeándose la melena al pasar al lado de Abby y ella escupió a su paso; sin embargo, relajó los hombros en cuanto se cerró la puerta tras el paso de su compañera. Le ofrecí sentarse, pero ella prefirió seguir destrozando el despacho desconchándome la pintura al apoyarse en la pared con su calzado trazando un ángulo recto desde la pared.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿A qué viene todo esto, Goemon? – dijo ella mirando a un punto indefinido.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Abby… Sabes que tenía que hacerlo. No volveré a discutir ese tema contigo, quedó zanjado tras el fracaso de tu última misión – ella resopló contrariada -. Y, hablando de tu última misión, el príncipe Gabriel viene de camino esperando una disculpa por tu parte, además de por la nuestra.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿Una disculpa? ¡Vamos no me jodas! Ese cabronazo se cargó al pueblo entero sin pestañear. Se saltó un millón de normas del código y mil mierdas más, ¿de qué coño me estás hablando? Yo hice mi trabajo, me quedé a esto de matar a ese bicho – exaltó poniéndome sus dedos con una diminuta separación entre ellos frente a los ojos.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>No es cierto. Te vigilaban, estaban esperando que te matasen y, después, te usaron para dar con Vladimir; ya que es un enlace con Imperium, ahora lo buscan como sabuesos. Además, su código es diferente al nuestro por lo que, en general, no se saltaron ninguna norma. Así que cuando venga, te sentarás y le pedirás disculpas – Abby se irguió, tomando aire para seguir contrariándome, pero yo la detuve con un gesto de mano -. Y no se hable más.<br />
<br />
Por un momento, se quedó callada sumida en sus cavilaciones y creí ingenuamente que allí quedaría la discusión… pero era Abby.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿Qué es Imperium? Soy la única en este maldito manicomio que parece no saber nada de ellos, absolutamente al margen y Aracna, la “querida” bibliotecaria dijo que no tenía acceso a dicha información. ¿Qué diablos es Imperium y para qué cojones buscan a Vladimir? – hizo una pausa, supuse esperando a que le contestase, pero me limité a mirar los destrozos que había estado ocasionando nuevamente. Se acercó a mi mesa y, dejando caer todo su peso sobre sus brazos se inclinó hacia mí hasta quedar nariz con nariz -. Sólo quiero respuestas. ¡Dámelas y me calmaré! Menearé el rabo, le daré la patita al chupasangre ese y me tragaré el orgullo y a mi maldita compañera nueva. ¡Pero dame respuestas!<br />
<br />
La miré fijamente a los ojos y ella a mí. No sé cuánto tiempo permanecimos así, pero leí más en aquellos ojos que todo lo que había hablado su boca, ¡Abby era una persona tan compleja! Sentía el huracán que había en el interior de su mente: La ira, la desesperación... inclusive el miedo. Tan profunda fue nuestra conexión que me sobresaltó el comunicador.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Señor, el príncipe Gabriel ya ha llegado.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Gracias Doris, hazlo pasar de inmediato.<br />
<br />
Abby se separó de la mesa unos pasos, volviéndose a su rincón a seguir manchando la pintura de la pared con sus botas. La puerta se abrió y yo intenté poner la mejor sonrisa que pude en esas circunstancias.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Agente McGonagall, le presento al infante Gabriel. Excelencia, espero no robarle demasiado de su tiempo. Me gustaría empezar por unas sinceras disculpas, en mi nombre y en nombre de toda mi unidad por inmiscuirnos en asuntos de Imperium. Espero que no haya sido problemático.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Mi posición es la de príncipe, no infante. Y no estoy aquí para escuchar charlatanerías. Únicamente he venido porque me gustaría hablar con Vlad. Las imperfecciones en su equipo o de las criaturas inferiores no son de mi interés…<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Tienes los dientes demasiado largos para hablar de superioridad, te tomas demasiadas confianzas cuando ni siquiera estás en casa –. A pesar de que Abby había interrumpido el discurso del príncipe, me sorprendió que mantuviera las formas, era de lo mejor que podía esperarse de ella.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Lo dice una criatura que no puede hacerse cargo de unos simples gusanos que tuvo que esperar la intervención de mi inferior y de mi propia persona para no ser reducida a excremento de aberración vampírica.<br />
<br />
¡Por Buda! Todo cuanto había podido bien pensar de Abby acabó en cenizas tras aquellas palabras, ella no era de las personas a las que se aconsejara incitar. Escuché el chirriar de sus dientes y el cómo se llevaba la mano al arma que, pese a las normas, siempre portaba encima dirigiéndola al rostro del vampiro. No estaba conforme con los modales y las formas del príncipe y, en cualquier otra circunstancia, hasta habría secundado a mi agente, pero no era el momento. Un suave giro de muñeca y un rápido movimiento de dedos lanzó el abrecartas de mi mesa a través del orificio del gatillo desarmándola al momento.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Agente McGonagall, discúlpese inmediatamente con su excelencia – le ordené con un golpe seco sobre el escritorio.<br />
<br />
Ella inspiró con fuerza y casi podía sentir cómo se quemaba por dentro al inclinar la cabeza y bajar la mirada al suelo. Después, salió de la habitación con un marcado portazo que desestabilizó todos los cuadros del despacho. Gabriel empezó a reírse por dentro y, como acto reflejo endurecí mis facciones.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Príncipe Gabriel…<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Sigo queriendo saber el paradero de Vlad – me interrumpió sin siquiera mirarme a la cara.<br />
<br />
Me planteé perder todas y cada una de las buenas normas de educación que había aprendido a lo largo de mi vida pero, nuevamente, fui interrumpido por el comunicador.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Señor, le informo de que el agente Jackson espera.<br />
<br />
Inspiré hondo, tratando por todos los medios recuperar el equilibrio perdido. Me volví a sentar en mi escritorio y, tras hacer caso omiso a la petición del príncipe, recibí al agente Jackson y continué mi jornada laboral como si él ni siquiera estuviese presente.<br />
<br />
El trabajo con el agente Jackson siempre resultaba satisfactorio y fácil de digerir, no era una persona tan complicada como Abby y tenía un grato sentido del humor. Creo recordar, inclusive, que una sonrisa surcaba mis labios cuando el agente Jackson se retiró. Sin embargo, ésta se extinguió tan pronto como el príncipe Gabriel volvió a hacer acto de presencia. Se levantó del sillón en el que lo había confinado y, afilando tanto sus dientes como su mirada, me dirigió una última amenaza:<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Nos veremos pronto, señor ‘director’.<br />
<br />
Miré el reloj tan pronto como abandonó el despacho, daban con exactitud las once menos diez de la mañana. Avisé a Doris con urgencia, que apareció con mis pastillas.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Tienes el don de la adivinación, mi querida Doris – ella me sonrió con gratitud.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Le he anulado cualquier asunto que no sea una emergencia por el resto del día, señor y, ahora, avisaré al equipo de limpieza a ver qué pueden hacer con… esto.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Gracias – apreté su mano y le devolví la sonrisa que antes me había dedicado ella.<br />
<br />
<br />
Todo en la unidad transcurría a un ritmo normal, sin apenas actividad y en completo silencio. Ángela Moliére había pedido permiso para llevarse a casa todos los libros sobre la Unidad 86 y algunos de los informes más famosos que habíamos tenido; Abby descargó medio arsenal en el campo de tiro y se ofreció voluntaria para realizar el test a un nuevo armamento que había llegado el día anterior; Plashman había estado todo el día con el equipo de limpieza; a los agentes Romanoff, Jackson, entre otros, ya se les había asignado sus misiones. Aunque era un momento peliagudo para la Central, era uno de mis momentos favoritos. Una vez que habían reestructurado mi despacho, dejé que se ventilaran las malas vibraciones y encendí dos varillas de incienso. Doris me trajo una segunda tetera y, poniendo un poco de música relajante, me senté en la alfombrilla de meditación.<br />
<br />
Todo en mi interior se fue alineando en un equilibro perfecto, aunque había algo que me perturbaba, una vibración que me mantenía pegado al suelo. Entreabrí los ojos para cerciorarme de que estaba en la posición correcta, en ese momento, me percaté de las ondas que surcaban el té; me quedé mirando como las ondas se iban intensificando, buscando en mi mente alguna explicación lógica, hasta el punto de que la pequeña taza de cerámica explotó. Me incorporé con premura, aquello no era un estado de mi mente, algo estaba pasando. Al salir del despacho, me encontré a Doris preparada para llamar a la puerta.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿Qué es lo que sucede?<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Señor, acaban de llamar de la entrada. Hay un intruso en la base – Doris estaba alterada, el nerviosismo no era una de sus características, por lo que consiguió inquietarme a mí también.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Iremos a la sala de control – dije tomándola por los hombros -. ¿Han sido avisados todos los agentes que están en la base?<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Todos, señor, algunos ya están intentando detener al intruso, pero no he tenido conexión con ellos; el resto están de camino.<br />
<br />
Asentí una sola vez y, dirigiéndome al marco de control que estaba tras el escritorio de Doris, marqué el código de acceso. Al dirigirnos de nuevo al despacho, éste había sido sustituido por un ascensor.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Nivel 13, sector central de control – anuncié para que el ascensor se pusiera en marcha.<br />
<br />
Descendimos los trece niveles hasta llegar al sector central de la Unidad. Muchos dirían que parecía un estadio de fútbol, con sus monitores gigantes alrededor de toda la sala, sus cuatro torres de control intercomunicadas y hasta una sala de aislamiento. Me posicioné en la torre central con Doris a mi espalda.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Torre 1, inspeccione los sectores de superficie – ordené e, inmediatamente, en la parte derecha de los monitores se conectaron las imágenes de todas las cámaras de seguridad -. Torre 2, los intermedios. Y torre 3, los inferiores – conforme mis órdenes iban llegando a los vigilantes de seguridad, las imágenes se iban completando en los monitores frente a mí -. Bien, ¿qué tenemos?<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Señor, un sujeto desconocido ha invadido la base. Hasta el momento, ha destruido los niveles del cero al siete, pero avanza a gran velocidad. Todos los agentes que los han interceptado han sido eliminados instantáneamente.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿Dónde está Plasman? – en mis adentros, esperé una respuesta positiva ante tanto desastre.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Hemos mandado un mensaje de aviso, pero no estamos seguros de que haya sido recibido. En este momento no tenemos contacto con el exterior, señor.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿Tenemos imágenes del sujeto?<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>No, señor. El sujeto destruye todo a su paso instantáneamente, no permite comunicación posible.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Necesito saber a qué nos enfrentamos – los monitores proyectaron todas las imágenes del sector once, en el que se encontraba el intruso, pero perdíamos la conexión tan cual conectábamos -. Activar visión Dios.<br />
<br />
El sistema de seguridad denominado “Dios” había sido creado por uno de nuestros más célebres ingenieros y había supuesto un paso adelante en el mundo de la seguridad paranormal. El sistema estaba constituido por unas microcámaras que se comportaban como gusanos, podían introducirse por cualquier rincón, aquellos a los que ninguna otra cámara podía acceder; pero, lo más asombroso de este sistema, era su capacidad para introducirse hasta en los muros. Era un sistema de visionado casi directo, en tan sólo un par de minutos podían estar en cualquier parte de la base; su único inconveniente era la mala calidad de imagen debido a su reducido tamaño.<br />
<br />
Pese a que la imagen no era muy nítida, pudimos formar una imagen del sujeto: Era una chica de joven edad, caucásica y de una contundente melena negra. No portaba otra cosa que un mono y lo que parecía una gabardina sin mangas, no portaba ningún arma que pudiera detectarse.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Si no porta ningún arma… ¿Cómo puede destruir todo a su paso tan rápidamente? – escuché musitar a Doris tras de mí.<br />
<br />
Fue entonces, analizando a aquella criatura, cuando me fijé en las gafas que se sujetaba con una mano, eran unas lentes especiales que cubrían casi por completo la parte superior de su rostro: Era una criatura psíquica.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¡SEÑOR! –gritó Doris. Entonces me percaté de que el camino que había tomado la criatura, la conduciría hasta aquí.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Quédate en todo momento tras de mí, Doris, no creo que estas puertas vayan a contenerla.<br />
<br />
Tal como había augurado, la criatura no tardó más de cinco minutos en llegar hasta el nivel trece y, tal como había hecho con sus antecesores, destruyó toda barrera que la separaba de nosotros.<br />
<br />
Al entrar, se nos quedó mirando fijamente… y yo a ella. Ahora que podía inspeccionarla pude comprobar cómo, ciertamente, no eran unas gafas corrientes, sino una máscara de lentes que concentraban toda su energía; llevaba puesto un mono negro conjuntado con una gabardina sin mangas que le llegaba hasta las rodillas; pero, lo que más llamaba la atención eran sus muñequeras y sus botas de caña alta plateadas.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿Dónde está? – preguntó. Todo se sumió en un profundo silencio.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Lo siento, señorita, no podré responder hasta que me indique a quién está buscando – le respondí levantándome desde mi posición y acercándome al borde de la torre.<br />
<br />
Uno de los grupos de vigilancia de la torre uno salió con el armamento preparado, la rodearon y dispararon al unísono. La chica alzó un brazo con la palma de la mano abierta sin dejar de mirarme a los ojos, se creó sobre ella una especie de escudo protector que detuvo todas las balas en suspensión, cerro los dedos y todas las balas se fusionaron en una gran bola metálica.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Desaparecer – anunció la chica y, cuando la chica abrió el puño, todos los soldados que la rodeaban estallaron, dejando como único rastro un charco de sangre.<br />
<br />
Doris ahogó un grito y se le doblaron las rodillas hasta, prácticamente, acabar sentada en el suelo. Yo ni me inmuté, manteniendo en todo momento la mirada fija en sus ojos.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿Dónde está quién mató a mi hermana?<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿Quién era tu hermana? – pregunté nuevamente. Aunque, he de reconocer, que a estas alturas ya me recorría una curiosidad impropia de mí.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>V-seis era mi hermana.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿La niña psíquica del parque de atracciones? ¿Ella era tu hermana? - ¡Cómo no había podido relacionarlo antes! Ahora todo tenía sentido.<br />
<br />
Me señaló con el dedo y la bola de metal empezó a flotar frente a mí… hasta que me la lanzó. Tuve el reflejo de apartar a Doris de un tirón pero, para poder esquivarla yo también, tuve que lanzarme al vacío. Pude contar como unas quince plantas hasta llegar al suelo, gracias a Buda, la caída fue suave y no me resentí.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>No le encuentro mucho sentido que busques al agente Romanoff – dije mientras me incorporaba para quedar a su altura.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Mató a mi hermana.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Tu hermana murió debido a su delicado estado de salud. Mi agente no la mató.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¡MENTIRA! – chilló y su onda de choque me lanzó contra la pared.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¡No! Es cierto, si te relajas puedo explicártelo. Pero de seguir por el camino que llevas me veré en la obligación de detenerte y reducirte. No permitiré que haya una muerte más en esta base.<br />
<br />
Saqué del bolsillo interior de mi chaqueta dos empuñaduras de cuero y, bajo su atenta mirada, las activé para que se convirtieran en dos hojas laser de color violeta. No eran de gran tamaño, pero no quería matarla, tan sólo reducirla.<br />
<br />
Ella tenía claro que no se entregaría por las buenas.<br />
<br />
Arremetió contra mí a gran velocidad, casi podía verla levitar del suelo. No cabía la menor duda: Era una psíquica, tal como lo había sido su hermana, aunque sus habilidades eran inferiores. El bloqueo que Vlad había colocado en mi cerebro años atrás evitaba que ella pudiera predecir mis movimientos al leerme la mente; sin embargo, conseguía evitar la mayoría de mis ataques y, en alguna ocasión, llegó a golpearme. Era muy poco frecuente que alguien consiguiera arrinconarme en un cuerpo a cuerpo, su cuidado entrenamiento militar hacía mella en mi edad y en el acomodamiento que me había ofrecido mi cargo en la dirección general… pero no en mi experiencia.<br />
<br />
Le permití que ella siguiera atacando en delantera retrocediendo a sus embestidas mientras yo buscaba sus puntos débiles. El combate se estaba alargando demasiado, pero no quería perder una fuente de información tan valiosa. Entonces recordé un pequeño truco…<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Control Central, amplía gravedad en el sujeto desconocido, código 2b3z.<br />
El sistema gravitatorio que existía en la base aumentó la gravedad sobre ella aplastándola contra el suelo, era el mismo sistema que había usado minutos atrás al saltar de la torre pero en proceso inverso. Sólo existía un problema, el controlador no estaba preparado para sujetos psíquicos, no existía la certeza de que ella pudiera contrarrestar el influjo con su actividad. Pero poco más me quedaba pon intentar.<br />
<br />
Al principio resistió la presión, tanto que creí que no haría efecto en ella, pero a medida que se incrementaba la gravedad ella se fue encorvando y el suelo se agrietó haciéndose un agujero que parecía fusionarse con ella.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¡Bastardo! ¡Te mataré! – dijo con los dientes apretados y encharcados en sangre.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Escucha, no soy tu enemigo… ni Vlad tampoco. Puedo mostrarte el informe de tu hermana si es lo que necesitas para convencerte de que no fue asesinada, fue una muerte natural.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¡MIENTES! – gritó -. Ella estaba bien cuando escapamos y la vengaré, cuando me libere te mataré.<br />
Entendía sus razones y su desconfianza, ella nos culpaba más por desconocimiento que por pruebas que pudiera aportar, pero no dejaba de ser su familia. Decidí ponerme en su lugar y atenué aún más el tono de mi voz.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Entiendo que no quieras creerme, pero entiende esto: Has destruido nuestra base y aniquilado a mis hombres, sabes cuáles son tus debilidades y sabes que podría haberte herido de muerte… y no lo he hecho, sigo sin hacerte nada – me di la vuelta, hacia las torres de control -. Central, desactiva la gravedad sobre el sujeto desconocido y anula el código 2b3z.<br />
<br />
Se irguió de manera instantánea en cuanto el código se desactivó y, al toser, escupió la sangre que le llenaba la boca. Su mirada se clavó en mí, una mirada perdida y desconcertada, supuse que no estaba acostumbrada a que la trataran razonadamente, debía de venir de algún laboratorio en el que no serían más que cobayas. Comenzó a llorar, como si realmente hubiera podido leer mi pensamiento, cayó de rodillas y se ahogó en su propio mar de lágrimas hasta perder por completo el conocimiento.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¡Señor! – uno de los guardias de la torre dos se acercó a mí rápidamente -. El traslado del sujeto a la unidad de contención está preparado.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>No la encerraré en la unidad de contención. No es una criatura peligrosa, tan solo está perdida, sin rumbo... alguien que sólo busca respuestas.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿Y… qué haremos con…?<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Llévenla a la enfermería, esperaremos a que regrese Plasman y el agente Jackson para que puedan tratarla. Y avisen también al agente Romanoff, le necesito aquí cuando despierte.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>A sus órdenes, señor.<br />
<br />
Prohibí a todo agente acceder al recinto médico para evitar que pudiera sentirse encerrada o en peligro, excepto a uno, aquél que la recibiría. El agente Jackson, médico de la Unidad, poco pudo hacer por ella; la gravedad de su estado no radicaba en las heridas de su cuerpo (que eran mínimas), sino en su mente, la presión gravitatoria y sus poderes enfrentados la habían destrozado por dentro.<br />
<br />
La chica despertó unas horas más tarde en la única compañía del agente que había enviado.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¡Buenas bella durmiente! Parece que has liado una buena: Has dejado media base sin agua corriente ni luz eléctrica y seguro que Plasman está que echa humo al ver lo que has hecho con su arsenal militar.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿Quién… quién eres tú? – tal como era de esperar, ella ni siquiera conocía el rostro de Vlad.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Soy a quien buscabas, Vladimir, el último que vio a tu hermana Valentina con vida.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿Valentina? Ella se llamaba V-Seis.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Ése era su nombre experimental pero ella era una chica llena de vida que sólo quería ser feliz, se merecía un nombre bonito – Vlad retiró la mirada de la chica y se tomó unos segundos antes de continuar -. Sus poderes psíquicos eran demasiado fuertes para ella y su cuerpo colapsó, pero… pero ella sólo quería ver las luces que tenían los parques de atracciones, subirse a la montaña rusa, vivir fuera de aquella vida en la que no era más que una letra y un número.<br />
<br />
Se hizo el silencio entre ambos, Vlad cerró los ojos y la chica se incorporó en la camilla.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Es lógico que pienses que ella murió asesinada – le dijo Vlad volviendo a mirarla a los ojos -. Me han dicho que tienes su misma habilidad, puedes leer mi mente completamente si eso te ayuda a comprender. Es la única respuesta que puedo darte y sólo ella lo hizo antes. Sólo te pido que, veas lo que veas, no te asustes y, por favor, no se lo cuentes a nadie.<br />
<br />
La chica asintió una sola vez, Vlad acercó su asiento a la camilla y la chica se sentó para situarse frente a él. Vlad tomó delicadamente sus manos y las colocó a ambos lados de su cara mientras que ella se inclinó para colocar su frente en la de él.<br />
<br />
Plasman y yo los observábamos desde las pantallas en mi despacho, ninguno de los dos contó jamás qué fue lo que ocurrió en aquel trance, aunque no fuera eso lo que más me preocupaba.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Plasman, lo has visto, ¿cierto? – él se quedó en silencio -. La chica tiene la misma marca que los hombres lobo del parque, por fin tenemos a alguien que nos dé respuestas.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>La pregunta, señor, es: ¿Accederá a colaborar? Yo mismo me ofrecería a sonsacarle la información si no fuese un bicho raro como ese monstruo chupasangre.<br />
<br />
No dudaba de sus palabras, puede que Plasman aparentara tener un carácter amigable y, en algunos casos, cayera hasta simpático; pero no dejaba de ser un sanguinario que adoraba los tiempos en los que torturar a sus víctimas era la orden del día en su puesto de trabajo.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Prefiero pensar que, tras la colaboración del agente Romanoff, nos verá como sus aliados y no como enemigos. Así que, por ahora, actuaremos como simples observadores – él asintió y los dos nos quedamos mirando las pantallas -. Y, si me hace un favor, aléjese de ella. Aunque también tenga usted un bloqueo mental sus formas podrían intimidarla.<br />
<br />
Plasman tomó aire y abrió la boca pero se vio interrumpido por la imagen en primer plano de la chica llorando y el cómo, las manos que habían estado apretando el rostro de Vlad, se deslizaron hasta acabar rodeando su cuello en un abrazo.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>No le necesitaré más para esta misión, Mayor Plasman. Acate mis órdenes hasta que no le comunique lo contrario.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Señor – me saludó al estilo militar y yo le correspondí viéndole cómo salía del despacho.<br />
<br />
Vlad había tomado a la chica en brazos y salió con ella de la base. Sé que los acompañaron el agente Jackson y Abby, supuse que a beber en algún pub de los que solían frecuentar. Al día siguiente, Vlad llamó para pedirme unos días de permiso, realizaría un viaje junto con la chica. No me negué, accedería en todo lo que fuera retenerla cuanto más tiempo mejor, aunque eso me costara un par de agentes fuera de servicio. Al regresar pidió hablar conmigo con urgencia y me temí lo peor.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿Qué es lo que ha sucedido, agente Romanoff?<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Señor, sé que no estoy en condiciones de pedirle nada, pero me gustaría pedirle un favor.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Y… ¿de qué se trata ese favor?<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Me gustaría que aceptase a Ariel en la Unidad y, a ser posible, acogerla como mi compañera.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>¿Ariel?<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>La hermana de Valen… V-Seis, señor.<br />
<br />
Lo medité por un par de minutos, tenía mis dudas sobre lo que pudiera acontecer, no era algo que estuviera en mis planes. Pero mi intención era mantenerla cerca como fuente de información y ella no consentía en estar con nadie más que con Vladimir, no era tan mala idea después de todo.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Está bien, Romanoff. Dile a… a Ariel, que necesitaré legalizar su situación. Ocúpate tú del resto, enséñale la Unidad, proporciónale su equipo y comenzad cuanto antes las prácticas de campo. Y, por favor, asegúrate de enseñarle que la violencia contra otros compañeros o contra la infraestructura de esta base no es necesaria, hay otros métodos para arreglar las diferencias.<br />
<br />
-<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Sí, señor, descuide – contestó evitando lo máximo que pudo reírse en mi presencia.<br />
<br />
No sé qué nos depararía el futuro y si mis decisiones habían sido correctas o nos proporcionarían más quebraderos de cabeza pero, por el momento, Ariel se había convertido en la sombra Vlad, se integraba con facilidad y él tenía una nueva pupila que ocupaba todos sus pensamientos y a la que protegería con su propia vida.<br />
<div>
<br /></div>
</div>
</div>
Anthony Bhttp://www.blogger.com/profile/16575473139711324451noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3599433308227530253.post-64368936396300384992014-01-15T15:16:00.001+01:002014-01-15T22:40:52.030+01:00Vamos para el sexto capítulo y subiendo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<div style="text-align: justify;">
Unidad 86 ha sido un proyecto que, desde que fue concebido, ha pasado por buenos y malos momentos. La creación de los personajes no es fácil y rara vez concebimos alguno que no tenga un trasfondo. Para nosotros, el hecho de crear un personaje requiere un debate: Qué buscamos y cuál es su historia, qué fisonomía tendría, cómo se movería, etc. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Personajes como "Doris", que cambian de personalidad según con quién esta tratando, la convierten en un personaje carismático que no necesita ser el centro de la historia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Entendemos que estaría bien que actualizásemos más y nos gustaría poder subir más capítulos de Unidad 86. Pero el tema literario tiene unos trámites, no sólo de creación, sino de registro. Aunque nosotros hacemos esto por amor al arte, hay muchos que roban tu trabajo y lo venden, especialmente aquí en Internet. Por eso, antes de subir cualquier capítulo, nosotros lo registramos y es un proceso lento pero necesario.</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Estamos preparando el concurso que vamos a realizar en la web, preparando los premios, los jueces y demás, queremos incluso poner una pequeña sección de sugerencias y mejorar la web. Esperamos que esté siendo todo de vuestro agrado y que os identifiquéis con alguno de los personajes, si aún no es así... ¡Llegarán nuevos inquilinos a Unidad 86 próximamente!</div>
</div>
Anthony Bhttp://www.blogger.com/profile/16575473139711324451noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3599433308227530253.post-28837143938959853222013-10-22T22:52:00.000+02:002013-10-22T23:12:53.903+02:00Episodio 05 - Informe 5410 – Peligro Natura<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
</div>
Salí de casa temprano para llegar pronto a la base. En hora punta, aquello se convertía en un hormiguero bullicioso y te podías tirar más de media hora en los pasillos saludando a unos, chocando con otros… a mí me gustaba llegar cuando los pasillos estaban vacíos y a lo único que olía era al café recién hecho de Doris. Sólo había una persona más madrugadora que yo.<br />
<br />
Abby salía soltando maldiciones por la boca como si fuera una serpiente venenosa y no contenta con el portazo que le había pegado a la puerta del señor director, centró su furia desenfrenada contra la máquina de agua –que milagrosamente aguantó la embestida sin reventar–. Cuando el campo de destrucción masiva en el que se había convertido Abby se disipó por las escaleras, me acerqué a la encantadora Doris. Ella me recibió con una amplia sonrisa y un espléndido “¡Buenos días!”.<br />
<br />
- ¡Buenos días, Doris! – miré el desastroso final de la máquina de agua y ella siguió mi mirada -. Este tornado me resulta familiar… Compañero nuevo, ¿verdad?<br />
- Sí, compañera – rió Doris.<br />
- Declararemos zona roja, entonces. En fin… ¿Puedo entrar ya o hay que esperar a los decoradores zen?<br />
- Pasa cielo, aunque el jefe está con una visita especial – su tono era amable, pero el gesto de su boca se torció contrariado.<br />
Le hice un gesto con la mano a modo de despedida y entré al despacho no sin antes llamar a la puerta.<br />
- Adelante, Jackson.<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
<br />
Di un paso hacia atrás al ver el despacho, desde luego, el ataque/derribo de la máquina de agua no era nada en comparación a como había acabado el despacho del director. Debí dedicarme a la decoración de interiores, con Abby cerca, mis hijos podrían ir a las mejores universidades y habría saldado mi hipoteca en la mitad de años. Tanto el director como su visita se me quedaron mirando seriamente, con las mandíbulas tensas y los ojos entrecerrados, casi parecía que hubieran estado masticando raíces de árbol. Esa era una de las pocas cosas que no soportaba.<br />
<br />
La visita especial era un hombre joven, vestido con traje de chaqueta y corbata, apestaba a sangre y por su olor y tez pude deducir que era uno de los príncipes. Me di cuenta de que el tipo me estaba examinando de la misma manera que había hecho yo. Goemon soltó un resoplido y se apretó los ojos por debajo de sus gafas de sol.<br />
<br />
- Agente Jackson, éste es el príncipe Gabriel. Estaba recibiendo nuestras disculpas por entrometernos en temas de Imperium en este momento – dijo muy seriamente. Yo simplemente asentí.<br />
- ¡Un natura! – exclamó -. Además de vampiros proscritos también tienen plantas en esta mala imitación de organización.<br />
- Es usted tan simpático como Vlad – contesté yo forzando una sonrisa -. Pero supongo que no estoy aquí para ver unas patas de gallo a las que le vendría bien un poco de aloe vera. ¿Para qué he sido llamado, señor?<br />
- El mercado Banshee está siendo el centro de varias desapariciones. Hemos recibido llamadas del consejo Ray, por lo que tenemos que actuar ya, pero en estos temas prefiero la discreción. He pensado que un natura como tú arreglaría las cosas de la mejor forma posible. <br />
- ¿Un natura investigando un mercado de criaturas? Seré un pez en el agua. Me pondré a ello de inmediato – el director general asintió esbozando una leve sonrisa, antes de salir por la puerta me giré y mirando al principito le pregunté a Goemón -. Puedo traerle alguna espada encantada o un ojo de duende asado si lo desea, señor. No todos nos comemos las cosas mientras aún patalean.<br />
<br />
Cerré la puerta tras mi paso y suspiré pasándome las manos por la cara. <br />
<br />
- Tranquilo, cielo – oigo a Doris desde el otro lado de su escritorio -. Ni tú ni yo limpiaremos ese desastre.<br />
¡Adoro a esa mujer! Nunca he entendido por qué Abby la pone siempre a bajar de un desfiladero.<br />
<br />
Antes del mediodía ya me encontraba ante las puertas del mercado Banshee. No todo el mundo podía entrar a sus anchas a un mercado mágico, era necesaria una invitación de alto rango. Por suerte, la mía corría por mis venas. Un grupo de súcubos custodiaban la puerta, alimentándose de los humanos que cotilleaban demasiado cerca.<br />
<br />
- Cariño, ¿quieres placer? – me preguntó una de ellas.<br />
- Lo siento, estoy felizmente casado – contesté apoyando la mano en la puerta para mostrar mi naturaleza.<br />
<br />
Y, cual cueva de ali baba, las puertas se abrieron descubriendo el gran mercado Banshee. Un mercado de criaturas siempre es agradable a los sentidos, pero éste tenía la particularidad de concentrar todo tipo de variedad. Podías encontrar de todo: Desde puestecillos de ojos de tritón a la salsa de sirena, ungüentos de los elfos, los enanos con su maravillosa forja, las brujas y sus… bueno, sus trueques son algo peligrosos, pero sus pociones siempre son efectivas, e innumerables criaturas que se distribuían por las callejuelas del mercado.<br />
<br />
Se me dan muy mal los comienzos, así que empecé la investigación por los elfos (siempre es más fácil sacarle información a un elfo que a un troll). Me acerqué a un stand que daba a probar pastillas de corteza, cogí una y me la restregué por las manos.<br />
<br />
- Veo que tenéis la corteza a muy buen precio.<br />
- Es lo mejor y más natural que encontrará un natura como usted, se lo garantizamos -. ¡Qué iba a decir un elfo! Casi se podía decir que tenían sabia en vez de sangre en las venas.<br />
- Y… ¿Puedes decirme algo de las desapariciones que ha habido por aquí últimamente?<br />
- ¡Yo no sé nada! – dijo nervioso arrebatándome la pastilla de corteza de las manos -. Y preferiría que se marchara, no quiero problemas. Si quiere hablar con alguien, hágalo con el consejo de enanos. Son ellos quienes dirigen este mercado.<br />
<br />
Un mal comienzo, pero al menos ya sabía a dónde dirigirme ahora. El stand de forja de los enanos siempre me trae buenos recuerdos, mi anillo de bodas lo encargué a un joyero enano y sus palabras no se me habían olvidado “Irrompibles. Si lo destruye, le devolvemos el dinero”, eso sí que era una promesa para toda la vida.<br />
<br />
El sitio desprendía un calor un poco desagradable para la época, pero la enorme caldera con sus tubos de cobre, los enganches de acero y las ruedas de madera no era algo que pudiera meterse en cualquier rincón.<br />
<br />
- ¡Hola, compañero! Menudos cuchillos tenéis aquí, estos son de los que no tienes que volver a afilarlos en la vida – traté de iniciar una simpática conversación con el dependiente, pero éste me miraba con el ceño y los labios fruncidos -. ¿Cuánto me saldría un juego con una dedicatoria para mi suegra?<br />
- Depende – respondió el enano.<br />
- Y, ¿de qué depende?<br />
- De si me vas a hacer perder el tiempo o no – estrechó los ojos y juré que casi podría atravesarme con uno de sus cuchillos.<br />
<br />
Se levantó de su silla y se metió dentro, dejando el stand solo. Un enano podía permitirse ese lujo, dudo que hubiera alguien tan estúpido como para robarle un tenedor porque, lo más probable, es que acabaran pillándole y sacándole los ojos con ese mismo tenedor. Decidí dejarme de juegos o no saldría de allí en todo el día.<br />
<br />
- Busco hablar con el consejo Ray – grité para que me oyera, ya que se podían escuchar los golpes metálicos desde fuera.<br />
<br />
Cuando el enano volvió a salir, le enseñé la identificación de la Unidad 86. Un poco a regañadientes, abrió la cortinilla que conducía al interior y me hizo bajar por unas escaleras de piedra. El calor se iba incrementando al acercarme al nivel inferior, la fábrica; enanos llevando montañas de metal fundido y otros martilleando la nueva forja sin descanso. El enano se dirigió hacia una de las plataformas donde se encontraba un cuerno de cobre. El sonido se elevó por encima de los martillazos metálicos y todos los enanos se detuvieron. Existe una leyenda que dice que el rango de los enanos se mide por la longitud de sus barbas, quizás por eso, cuando vi que un grupo de siete enanos cuyas barbas trenzadas les llegaban hasta los pies, me dirigí hacia ellos.<br />
<br />
- Disculpen las molestias, caballeros. Busco algún tipo de información o pista sobre las desapariciones que ha habido por estos lares en las últimas semanas.<br />
<br />
Ninguno dijo nada, por más de dos minutos enteros se quedaron callados, mirándose unos a otros para acabar mirándome a mí con el mismo mal gesto con el que me había mirado el enano del stand. Finalmente uno de ellos, con cierto regodeo en la voz, me soltó:<br />
<br />
- Se supone que para eso estás tú aquí. ¿Pensaste encontrar el trabajo ya hecho?<br />
<br />
Salí tal cuál entré: Sin información y sin ningún cabo del cual tirar; bueno, no del todo igual, seguramente, con diez litros menos de agua en el cuerpo.<br />
<br />
Ningún sitio mejor para reponer líquidos que la ‘Cantina del Kraken’, por mucho que las telarañas y las ratas fuera lo más lindo que podías encontrarte allí.<br />
<br />
- Amigo – llamé al camarero con un gesto de mano -. Una botella de sabia de alce viejo.<br />
El camarero me lanzó una botella polvorienta que se te quedaba pegada a la mano. “¡Menudo asco!”. Estaba empezando a desesperarme, no solía perder los papeles pero me veía perdiendo el día yendo de un sitio para otro como una marioneta, a mí me gustaban las cosas rápidas.<br />
<br />
- ¡Ey Froid! ¿Has visto a las brujas esta mañana? Estaban más que alteradas. Parece ser que ha desaparecido una de sus hermanas -. Por suerte para mí, siempre hay algún duende bocazas suelto.<br />
<br />
Lo elevé por los hombros hasta ponerlo a la altura de mis ojos mientras dejaba la botella sobre la barra. Al verme, él trato de resistirse, pataleando hasta agarrar la botella para rompérmela en la cabeza, fue tan sólo un par de segundos después de que mi piel se transformara en roca. ¡Genial! Ahora estaría pringoso el resto del día.<br />
<br />
- ¡Oh, mierda, un natura! – exclamó el duende con una mueca horrorizada.<br />
- ¡Oh sí! Menuda mierda en la que te has metido, colega – le contesté yo. Le agarré por el pescuezo y lo tumbé sobre la barra.<br />
- Mira tío, yo no sé nada…<br />
- No me convences – le apreté más, dejando que la dureza de mi piel lo estrangulara.<br />
- ¡LO JURO! – gritó -. Lo único que sé es que quienes desaparecen habían visitado recientemente el pasillo Bodeler. No sé más, tío… en serio.<br />
<br />
Lancé al duende al suelo e, inmediatamente, un remolino de minicriaturas se acercaron a su alrededor. Dejé el dinero de la botella sobre la barra y, tras enjuagarme la cara de sabia salí sin mediar palabra. Ahora me sentía mucho mejor, con información y desahogado.<br />
<br />
El pasillo Bodeler es un callejón negro, son conocidos por sus tiendas de magia negra y sus vendedores ilegales asaltándote en cada esquina. En todos los mercados siempre hay uno, en las zonas más alejadas de la entrada y los rincones más lúgubres. Sabes que estás en uno de ellos cuando lees el cartel que reza: “Nadie nace sordo ni ciego ni mudo”, lo cual significa que nadie va a meterse en los asuntos que te han llevado hasta allí… y que tú tampoco deberías hacerlo.<br />
Nada más poner un pie dentro del callejón un tipo se acerca rápidamente a mí.<br />
<br />
- ¡Eh, tío! ¿Quieres ojos de hada? Dos al precio de uno, ¿qué me dices? – se abrió la gabardina, estaba raída y los ojos que llevaba encima estaban amarillentos y apestantes.<br />
- Eso no son ojos de hada, estás intentando timarme. ¡Lárgate de aquí antes de que avise a un troll o algo peor!<br />
<br />
El tío salió despavorido hacia el interior del callejón como una rata asustada. Solo nuevamente, me senté en el suelo descubriendo mi naturaleza, la única manera de poder entablar un vínculo con Gaia que nos permitía actuar como sonar, sintiendo todo lo que sucede a nuestro alrededor. Perdí la noción del tiempo, no sé cuánto tiempo estuve allí sentado hasta que detecté un cuerpo muy cerca de mí. No era mágico sino humano y portaba grandes cantidades de metal y pólvora. No reaccioné, seguí sus movimientos sigilosos por los tejados, hasta que se situó sobre mí, preparado para dispararme. En el momento en que lo hizo, rodé para esquivar la bala y, posicionándome a unos metros de seguridad, entré en contacto con la roca que componía las tejas haciendo que se desplomaran.<br />
<br />
El movimiento lo lanzó contra el suelo como si fuera una cama elástica, quedando boca abajo y desprotegido. Sin embargo, el hombre se repuso rápidamente, se irguió y comenzó a correr.<br />
<br />
- ¡Ya eres mío! – al alcanzarle, le propiné un uppercut en la mandíbula, dejándolo inconsciente sobre la mugre de la parte de atrás de uno de los establecimientos.<br />
<br />
Comprobé que no estuviera muerto, sólo inconsciente y me apresuré a llamar a la central.<br />
<br />
- Central, aquí Gran Jack, misión concluida.<br />
- Agente Jackson, aquí central. ¿Necesita equipo de limpieza?<br />
- No. Era un único individuo, un objetivo sencillo que ha provocado destrozos mínimos. Que Plasman finiquite el resto.<br />
- Recibido, agente Jackson. Buen trabajo. Pase un buen día.<br />
<br />
Lo habría sido de no ser porque el tipo se despertó mientras hablaba con la central y, al girarme hacia él de nuevo, colocó en mi pecho una bomba plástica que hizo explotar. Salí disparado hacia atrás, atravesando el muro de uno de los comercios. El dependiente salió corriendo hacia el interior de lo que quedaba en pie del local, gritando y sin pararse a echar una mano.<br />
<br />
- ¡Monstruo! Eso es lo que sois tú y los de tu raza: Monstruos, aberraciones, hijos del diablo. Los apóstoles acabaremos con todos vosotros.<br />
- ¿Apóstoles? ¿De qué me estás hablando?<br />
- Somos los hijos de los primeros hombres. Cuando la tierra esté purificada, Dios reabrirá las puertas del Edén para sus hijos. Pero para eso… ¡Debes morir!<br />
<br />
No sé dónde diablos la llevaría, pero de repente tenía una ametralladora que disparaba en mi dirección. Salté detrás del mostrador de la tienda, que fue lo suficientemente resistente como para parar las balas; sin embargo, no corrieron la misma suerte los botes e instrumentales que había en las estanterías, que cayeron sobre mí hechos añicos.<br />
<br />
Sabiendo quién era mi enemigo y ya que se mostraba receptivo, seguí sonsacándole información para intentar llegar a una negociación pacífica.<br />
<br />
- ¡Espera, tío! No soy tu enemigo. Pertenezco a una organización del Gobierno, soy un agente gubernamental. Escucha, si bajas las armas y te entregas pacíficamente, hablaré en tu defensa para que no te caiga mucho de cárcel.<br />
- ¡Para Dios no existen gobiernos! – y arremetió nuevamente con la metralla.<br />
<br />
Visto lo visto, decidí avisar de que la misión seguía en activo antes de que se presentase Plasman por aquí y viera todo el follón. En ese momento me di cuenta de que mi intercomunicador no estaba, seguramente habría salido disparado en la explosión. Ahora estaba en un contrarreloj para desarmar al tipo yo solo.<br />
Lo bueno de estar en un callejón negro es que siempre hay cosas interesantes que no podrías encontrar en otro lugar, en este caso no me costó mucho encontrar entre todo lo que se había roto sobre mi cabeza un colmillo de dragón y baba de salamandra, un coctel explosivo que me resultaría muy útil a la hora de neutralizarle.<br />
<br />
Aplasté un poco el diente de dragón y lo metí en uno de los botes con la baba de salamandra, los agentes químicos empezaron a burbujear y a expedir gases. Me incorporé y se lo lancé a los pies. La honda dejó el local en llamas, royendo la madera del suelo formando un agujero hacia el nivel inferior. Era ahora o nunca. Salí de la casa de un saltó, encontrándome al tío en el suelo, escupiendo sangre por la boca y la nariz. Le pegué una patada en la mano para desarmarlo y fui a pegarle un segundo golpe en la mandíbula pero, antes de que llegara a hacerlo, él sacó un machete del cinturón que consiguió atravesarme la piel; no mucho, tan sólo una herida superficial… pero me había herido.<br />
<br />
Aproveché la subida de adrenalina que me produjo el escozor de la herida y comencé a mandarle golpes intentando esquivar el machete, mientras él hacía lo propio. Era un todo o nada hasta que uno de los dos cayese. <br />
<br />
Lo subestimé demasiado, era más que evidente que aquel tío tenía una formación militar, tal vez también en artes marciales. Aprovechaba los ganchos que le mandaba para abrirme pequeñas incisiones en las manos y los brazos con el machete y, cuando consiguió descolocarme al no poder articular uno de los dedos, se posicionó de forma que mi brazo quedara por debajo suyo y apoyando mi codo en su hombro me partió el brazo. Me tambaleé sujetándome el brazo tratando que volviera a su posición normal, momento que aprovechó para rebanarme media cara con el dichoso machete, llevándose el ojo izquierdo por delante.<br />
Ciego y sin un brazo iba a ser la presa más fácil de la historia, así que no me quedó más remedio que emplear uno de los ataques menos ortodoxos: El erizo, un ataque de defensa que tiene mi gente que hace que nuestro cuerpo se llene por completo de finas agujas de piedra. Me lancé contra él con toda la fuerza de mi peso atravesándole con las espinas. Cayó al suelo, balbuceando unas palabras sobre el edén y la venganza de Dios mientras se desangraba. <br />
<br />
La cara que puso Plasman cuando llegó fue un verdadero poema.<br />
<br />
- ¿Qué cojones ha pasado aquí, agente Jackson? Creía que había sido una misión sencilla.<br />
- Lo siento general, creo que al final sí hará falta que llame al equipo de limpieza – le sonreí y, dejándoles con el pastel, me dispuse a regresar lo más rápido que pudiera a la central.<br />
<br />
Para cuando llegué, ya había recuperado más del sesenta por cierto de la visión, pero necesitaría un mes para que mi brazo volviera a estar en óptimas condiciones. Llamé a casa para decirles que no se preocuparan, que estaba bien y que iría a tomarme unas copas con Abby antes de volver a casa.<br />
<br />
Abby me esperaba fuera del despacho, con una expresión retorcida en la cara y su mirada cínica.<br />
<br />
- Parece que te han hecho un buen apaño – rió.<br />
- ¡Déjame en paz! No soy yo a la que le han asignado una muñequita vudú de compañera.<br />
- ¡Cállate si no quieres que te parta el otro brazo!<br />
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<b><u>INFORME CERRADO</u></b></div>
</div>
Anthony Bhttp://www.blogger.com/profile/16575473139711324451noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3599433308227530253.post-14847743102449487612013-04-23T23:58:00.000+02:002013-09-12T18:00:37.819+02:00Episodio 04 - Informe Especial: Día del Libro<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
La oficina estaba vacía… y eso era raro. Por flojo que fuera el día en la unidad siempre estaba alguien entrando y saliendo o, como mínimo, el sonido de fondo de los dedos de Doris aporreando el teclado del ordenador. Pero no, ni siquiera ella estaba en su puesto de trabajo.<br />
<br />
- ¿Dónde coño se ha metido todo el mundo? – dije a la sala vacía.<br />
- ¡Ssshhh!<br />
<br />
Los pelos se me pusieron de punta y el corazón casi se me salió por la boca al escuchar aquel siseo tan cerca de mí. Como esperando una aparición, me giré muy lentamente hacia la izquierda. Entonces me di cuenta de que la habitación no estaba por completo vacía.<br />
<br />
En una de las sillas de espera, a mi espalda, había una chica. No la conocía ni la había visto antes por la unidad: No era ni muy mayor ni muy joven, rubia y con unas pequeñas gafas cuadradas. No me prestó la menor atención, estaba metida de lleno en un libro que tenía entre las manos.<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
<br />
- ¡Hola! Soy Abby MacGonagall – la saludé.<br />
- Hola – su contestación fue tajante, ni siquiera separó la vista del libro ni dos segundos para mirarme.<br />
- ¡Eh! ¿Qué estás leyendo?<br />
<br />
Ella resopló, alzó la mirada y me miró por encima de sus minúsculas gafas. Agradecí que las miradas no matasen sino, yo habría sido fulminada en ese justo instante.<br />
<br />
- Estoy leyendo, punto. Y agradecería mucho hacerlo en silencio – dijo esto en menos de cinco segundos y, rápidamente, volvió a su libro, repasando con su uña las líneas hasta donde se había quedado con la interrupción.<br />
<br />
Yo me quedé en estado de shock. Por norma general, yo era la borde allí y, salvo algún que otro intento de molestar, siempre que yo estabas de buenas, el mundo se solía poner de buenas conmigo.<br />
<br />
Iba a contestarle cuando apareció Doris por el pasillo, me echó una rápida ojeada y otra a mi acompañante… y luego sonrió con malicia. Me acerqué a su escritorio y me agaché para que me pudiera escuchar susurrar:<br />
<br />
- ¿Quién es esa?<br />
<br />
Doris hizo un gesto condescendiente, le encantaba el hecho de que yo la necesitara para saciar mi curiosidad y era tan retorcida que le habría encantado poder dejarme con la duda pero, por otra parte, le recomía su vena cotilla como si le quemara por dentro.<br />
<br />
- Es nueva – anunció -. La han enviado desde Europa, tiene un historial bastante… eh… ¿cómo te diría yo? – hizo una pausa mientras movía sus labios de un lado a otro intentando parecer interesante -… Conflictivo.<br />
- ¿Y el jefe ha reclutado a alguien así?<br />
- Lo hizo contigo, ¿no? – había tardado bastante en lanzarme su ponzoña.<br />
<br />
Saciada mi curiosidad, me di media vuelta dispuesta a irme.<br />
<br />
- Esto va a ser muy divertido – dijo Doris, yo me giré sólo para ver como esbozaba su sonrisa maliciosa -. Es la orna de tu zapato.<br />
<br />
Encogí los hombros sin saber qué quería decir, iba a preguntar algo cuando escuché a la chica resoplar a mi espalda.<br />
<br />
- En serio, ¿es que sois tan incultos aquí que no sabéis lo que molesta estar leyendo con vocecillas chismosas de fondo?<br />
<br />
Doris se rió para sí, tecleó un nombre en el ordenador y anunció:<br />
<br />
- Señorita Molière, puedes pasar. El director general te está esperando.<br />
<br />
La chica cerró el libro de golpe y se quitó las gafas con cierto aire enojado.<br />
<br />
- ¡Gracias a Dios! – se colocó el libro bajo el brazo y se dirigió hacia el despacho del jefe marcando el paso con los tacones.<br />
- ¡Menuda estúpida estirada! – exclamé por lo bajo cuando desapareció tras la puerta.<br />
<br />
Doris se echó a reír, casi le faltó que hasta se le saltaran las lágrimas.<br />
<br />
- Lo que yo diga, nena te vas a divertir.<br />
<br />
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<i>¡Feliz día del libro!</i></div>
</div>
Anonymousnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3599433308227530253.post-17360801612769557332013-04-20T01:54:00.001+02:002013-04-24T02:46:09.915+02:00Episodio 03 - Informe 5402 - La prueba de Goemon<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Después de unas semanas de baja, tocaba el turno de volver al trabajo. Pero no sin antes pasar por el despacho del director general. No era de esos jefes malhumorados que se dedican a hacer la vida imposible, de hecho, estaba convencida de que no era una mala persona; simplemente, en ocasiones resultaba un tanto… estirado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Para bien o para mal, me conocía el camino como la palma de mi mano pero, siempre que llegaba a la antesala circular que precedía a los diferentes despachos, se me activaban todas alarmas. Miré a Doris, la simpatiquísima secretaria de Goemon. Ella dejó de teclear el teclado con sus uñas de porcelana de veinte centímetros y me miró por encima de sus gafas de secretaria de los ochenta, hizo una mueca reprimida con los labios y exhaló una bocanada de aire.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Buenos días, Doris. ¿Está libre el jefe? – Una cortesía por mi parte, como pocas se podían escuchar de mi boca en aquel lugar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Para una guarra como tú nunca está libre. Y si lo que preguntas es por su disponibilidad, tampoco; el agente Jackson está reunido con él. – La simpatía de Doris sólo era superada por la talla de su cintura.</div>
<div style="text-align: justify;">
Doris siguió a lo suyo y yo me senté en una de las sillas a esperar. ¡Más de tres cuartos de horas! Ni que estuviera afilando la espada de nuestro querido nipón. En ese mismo momento, se abrió la puerta. El agente Jackson apareció tras ella, nuestro querido Gran Jack. Su alta estatura y su piel oscura provocaban que muchos cruzaran de acera para no toparse con él; sin embargo, podía garantizar que Jack era el tío más simpático que había conocido y, además, era todo un padrazo. Los días libres se iba con su familia de acampada y no era raro que se sacara un par de horas a la semana de los entrenamientos con tal de llevar a su hijo a jugar al baloncesto.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Gran Jack, ¡eres el negro más apestoso que me he echado a la cara jamás! – le saludé con un golpe en el brazo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- ¡Ey, Abby! ¿Ya te sacaron del hospital? Creí que la paliza que te di en la cancha te mantendría fuera de juego por más tiempo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Hace falta algo más que un par de golems para sacarme de juego. Pero podemos echar la revancha un día de estos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Tendré que pasar. Le prometí a mi hijo que esta semana sacaría tiempo para que fuéramos al cine -. Una vez más, Gran Jack ejerciendo como padrazo… y yo tuve que criarme en un barrio del Bronks.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ambos nos quedamos en silencio y yo eché un rápido vistazo a la puerta cerrada del despacho de Goemon.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Está dentro? – era una pregunta retórica y casi estúpida pero, al menos, sacaría algo de información sobre el humor del jefe.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Te espera. Estaba tranquilo pero parecía algo… irritado. ¿Rompiste algo en la última misión?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Sólo tu corazón, Jack, sólo tu corazón.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ambos nos reímos y él se despidió con un gesto de cabeza. Yo inspiré hondo y, poniéndome seria, me dirigí hacia la puerta sin esperar la llamada de Doris. Si me iban a echar la bronca, prefería que fuera cuanto antes.</div>
<div style="text-align: justify;">
El despacho parecía sacado de una de esas películas orientales, Goemon adoraba el rollo del feng shui. La habitación en una perfecta armonía entre el claro oscuro y el asqueroso olor intenso de incienso que nunca había podido soportar. Otra de las cosas a las no llegaba a acostumbrarme, es que recibiera a todo el mundo sentado en el suelo, ignorando y pendiente de todo cuanto sucedía a su alrededor al tiempo que purificaba una espada que, según contaba, perteneció a un honorable antepasado. Goemon dejó escapar un suspiro cansado cuando cerré la puerta a mis espaldas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Siéntate, Abby – él se levantó y recogió de una de sus mesas bajas unos documentos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Yo me senté en una de las sillas frente a su escritorio y él comenzó a servir el té en una taza de porcelana china. Se mantuvo en silencio, terminó de servirse el té y procedió a sentarse en el sillón tras el escritorio de espaldas a mí, como era su costumbre.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Abby, ¿tú me odias?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Goem…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Señor director o Señor Ishicawua. ¡Te he dicho mil veces que no me llames por mi nombre de pila! – alzó, tan sólo, dos grados de su voz; en él, es como si te hubiese pegado un bufido.</div>
<div style="text-align: justify;">
Inspiró hondo nuevamente y se encendió un cigarro mientras que su mano diestra seguía manteniendo su taza de té. No podía ver sus ojos, ya que siempre llevaba sus gafas de sol puestas, pero me atrevería a decir que había rabia en sus ojos… sí, estaba segura de que estaba muy enojado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Dime una cosa – dijo con su acostumbrado tono tranquilo y sosegado -. ¿Sabes cuál es tu puesto</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Soy una agente de doble filo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- ¡No! Eres una agente simple y, en particular, una rastreadora. Buscas pistas, informas y te retiras; ¡Ahí es donde termina tu trabajo! Tú… y escucha bien esto, tú no eres una maldita agente de doble filo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Goe… Señor director, he demostrado ser merecedora de ese rango. Yo sola he terminado exitosamente varias misiones en el tiempo que he actuado en solitario, actuando como rastreadora y cazadora, es decir, como una doble filo de lo más eficiente.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Eficiente? ¿Llamas a tres compañeros muertos, dos coches en siniestro total y uso indebido del arma de fuego, eficiencia?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ojeó los informes que había cogido antes y luego los lanzó sobre la mesa, las listas de daños y las facturas eran extensas. Volvió a girar su sillón hasta quedar de nuevo de espaldas a mí, repitiendo el suspiro cansado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Abby, eres una gran rastreadora y si me tiras de la lengua diría incluso una excelente rastreadora. Pero, admitámoslo… eres una pésima cazadora, no es lo tuyo. Y que conste que sé que das el cien por cien por serlo pero… de todas las misiones en las que te permití actuar como una doble filo, ¿cuántas ha tenido que ir Plashman a salvarte el trasero? Ahí están los informes, Abby – hizo una pausa.</div>
<div style="text-align: justify;">
Yo tuve que morderme la lengua para no soltar una grosería de las mías, llegados a este punto, no tenía excusas lo suficientemente creíbles. Goemon giró lentamente su sillón y me miró tras sus gafas de sol.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Hasta que no te encontremos un compañero lo bastante resistente, estarás de baja médica – sentenció.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿QUÉ? ¡Venga no me jodas! – y ahí decidí dejar de morderme la lengua -. Tienes que reconocer que trabajo mejor sola que en equipo. Todas las misiones acabaron cumplidas y con los informes cerrados. Si llamé a Plashman fue porque es como cualquier otro agente habría actuado en mi situación y aclaro, señor director, que actué según el reglamento y eso está escrito junto con una copia del mismo en los informes.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- No hay nada más que discutir – mientras yo estaba completamente exaltada, Goemon mantenía su serenidad -. Entrégame tu arma y vete a casa a descansar</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Dame una oportunidad, sólo una. Si me equivoco aceptaré que llevas razón y no actuaré en solitario durante un tiempo, aceptaré a cualquier compañero que me impongas…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Esto no es un concurso. No voy a darte una misión para que demuestres lo chula que eres.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Por favor…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Si a todo el mundo que viniera aquí a pedirme favores se los concediera, entonces no estaría sentado en este sillón.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Sólo una misión más y te prometo que no te arrepentirás.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Lo meditó por unos instantes que, a mí, se me hicieron eternos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Está bien, está bien… te dejaré actuar en una misión de agentes de doble filo – rebuscó entre sus cajones -. En teoría, debería ser sencilla, búsqueda y eliminación del sujeto. Doris te dará las coordenadas de tu misión, mientras llegas, te enviaré los datos necesarios. Y Abby… por tu bien, no me falles – para muchos, podría sonar como una amenaza en toda regla; sin embargo, yo sabía que era su manera de darme suerte.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Descuide, no se arrepentirá – asentía con la cabeza incansablemente mientras intentaba no esbozar la sonrisa de oreja a oreja que luchaba por marcarse en mis labios.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Ahora vete – dijo Goemon.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Balas especiales en mi pistola y la artillería pesada en el maletero del coche, por si la cosa se ponía fea, el bonito porche del jefe que me había prestado por tener el mío en el taller. Otra razón más por la cual debía volver sin un rasguño.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi destino era un pequeño pueblo sureño llamado Suidville. Uno de esos encantadores pueblos de montaña que estaba siendo atacado por un niño demonio, o lo que es lo mismo, un vampiro transformado a una corta edad que no sabe controlar su sed. Goemon no se equivocaba, era una misión simple y sencilla.</div>
<div style="text-align: justify;">
Sólo había una cosa que me irritaba de aquel lugar: La falta de cobertura y el difícil acceso por carretera. Era de esos sitios que no salían en los mapas y que ni los mejores GPS ni satélites del tío Sam pueden ayudarte diciendo la típica: “Ha llegado a su destino”. Pese a eso, el sitio me encantaba: El aire fresco de la montaña, el bosque y la montaña cosidos por un grisáceo río cristalino, donde no existe la polución que hay en la ciudad. Además, en un bosque, todo se convierte en arma.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Suidville estaba demasiado tranquilo. Había personas que recorrían las calles pero, con forme me veían pasar con el coche, se encerraban en sus casas o en las tiendas cercanas. No estaban muy acostumbrados a las visitas. Aparqué el coche lo más céntrico que encontré: La mismísima plaza del pueblo, que no era otra cosa que una plazoleta con unos cuantos árboles, columpios para los niños y una estatua de algún soldado sureño que arrasó los poblados indios para construir el pueblo. Todas las estatuas son siempre iguales: Un blanco con bigote, gorro y su sable en la mano para demostrar que era un hombre con don de la palabra.</div>
<div style="text-align: justify;">
Un fuerte olor a podrido invadía el pueblo, lo más seguro es que las víctimas aún siguieran por las calles, escondidas o a plena luz del sol. Era el momento de buscar pistas que me llevaran hasta el devil kid. Tanto el ayuntamiento como la comisaría local están cerrados, a pesar de que se escucha ruido en el interior. Asumí que no recibiría ayuda alguna por parte de las autoridades.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cogí una de las habitaciones del hotel, el dueño me dio la llave sin quitar la vista del culebrón latinoamericano que echaban en televisión. La habitación era de lo más sencilla, empapelada con papel blanco barato, un armario desvencijado y una cama con posiblemente la misma edad que el hombre de la estatua; el servicio sólo lo usaría como último recurso. La ventana no era del otro mundo, pequeña y cuadrada, de las antiguas; pero me serviría como puesto de vigilancia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al cabo de una hora, la gente vuelve a salir de sus casas, pero hay algo raro, nadie habla. Todo estaba en el más absoluto silencio, ¡hasta podía escuchar como las termitas carcomían la madera de la ventana! Seguí observando, tras los cristales con la ventana cerrada para no llamar la atención y esperé. Nada. Pasaban los minutos y la situación se mantenía de la misma manera, la gente pasaba una al lado de otra, se miraban y continuaban su camino; ni un saludo ni un gesto ni nada. ¿Dónde estaba la familiaridad propia de los pueblos?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El sol se fue poniendo y, poco a poco, las calles volvieron a quedarse vacías. La calle principal se iluminó por la luz de las farolas y a no ser que contara los mosquitos que se arremolinaban en torno a ella, no había nada que observar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando el sueño y el aburrimiento estaban terminando conmigo, resonaron unos pasos en la calle vacía. Abrí la ventana con cuidado, tratando de que sonara lo menos posible; no había encendido las luces de la habitación para no llamar la atención, así que era difícil que se me viera desde el exterior.</div>
<div style="text-align: justify;">
Los pasos se detuvieron y, seguidamente, se escuchó como dos puertas se abrían. Pude deducir por el ruido que eran grandes y pesadas, por lo que debían ser las de la iglesia. Me asomé de reojo, teniendo cuidado de que no se me viera desde el exterior. Confirmé que era la iglesia al ver salir a un pequeño niño rubio. Se me activaron todas las alarmas y mi sexto sentido me dijo que saliera corriendo ya. Tenía que actuar como cazador no como presa.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La puerta se abrió de una patada dejando paso al demacrado dueño del hospedaje con escopeta en mano. Sin esperar reacción por su parto, saqué la pistola y disparé dos balas: una a la mano que sujetaba el gatillo y la otra a la cabeza. Mis disparos habían dado la señal de salida para la partida de caza y, para variar, yo era la presa. Los más próximos comenzaban a llegar el inmueble a gran velocidad. Casi sin mirar, disparaba a diestro y siniestro para abrirme paso por el pasillo. Aquello empezaba a parecerse sospechosamente a un videojuego de zombies. Las escaleras comenzaron a colapsarse, había demasiada gente y yo no podía permitirme el lujo de recargar el arma, así que salí corriendo en dirección opuesta, a la habitación más próxima. Tal cual como entré fui directa a la venta, sin mirar alrededor, me aseguré de que el techado era el de la planta baja y, mientras saltaba, me pregunté si resistiría mi peso.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El techo aguantó el impacto, pero las tejas que lo recubrían cedieron y me precipitaron, el techado a tres alturas amortiguaron la caía hasta estamparme con el duro suelo. No fue una escapada fácil, pero tampoco estaba tan malherida como para no poder seguir corriendo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En cualquier otra circunstancia ya estaría pidiendo refuerzos, pero en mi mente aparecieron las palabras de Goemon. Si lo hacía, le estaría dando la razón. Me muevo buscando el refugio de las sombras, tengo que pensar muy bien en cómo actuar. Mis perseguidores son numerosos y rodean a mi objetivo, tendría que ver la forma de dispararle a él directamente y no entretenerme con los intermediarios.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Le encontré en la plaza del pueblo, siempre rodeado por un gran número de personas. Busqué alguna postura en la que mi pistola pudiera dispararle sin interferencia… hasta que me encontré con sus pequeños ojos. En mi cabeza escuché una leve voz que me invitaba a ir hacia el centro de la plaza, su tono era bajito y casi dulce. En ese momento mi mente se dispersó, empecé a sentirme más cansada a cada minuto, incapaz de gesticular gestos simples. Di un par de pasos hacia él, no sabía lo que estaba haciendo, pero aquella dulce voz se rió.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sin esperarlo, un grupo de hombres se lanzaron sobre mí reduciéndome con facilidad. Semiinconsciente, aún tengo la mente algo clara para sentir la tierra del suelo clavarse en mi cara y mi pie colgando de la mano de uno de aquellos hombres, estaba siendo arrastrada justo al centro de la plaza, donde se encontraba el endemoniado niño.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La voz que antes me invitaba a acercarme, ahora me invitaba a levantarme sin miedo hasta quedar a la altura del pequeño. Me hablaba sin gesticular y yo le escuchaba. Él sonrió mostrándome sus pequeños colmillos. El niño se acerca a mí lentamente, pasito a pasito con aquella especie de camisón que llevaba puesto, me tomó el rostro entre las manos y lo apartó a un lado. “Muy bien, Abby. O espabilas o éste va a ser tu final”. Cerré los ojos con fuerza, haciendo el esfuerzo de agarrarme a la poca cordura que me queda para salir del trance. Consigo caer de espaldas fuera del agarre de sus manos y, como acto reflejo, lanzo una patada a la cara del niño, derribándole un par de metros. Consigo recuperar las fuerzas y el dominio total de mi mente. El mocoso se retuerce en el suelo gritando, más que por dolor, de rabieta. Aluciné cuando, como una onda expansiva, todos cuanto estaban a nuestro alrededor: hombres, mujeres y niños, también cayeron al suelo retorciéndose de dolor como ellos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Comencé a retroceder, pero el niño se levantó clavando sobre mí unos ojos ensangrentados y se lanzó sobre mí. Reaccioné de la misma manera, me protegí con la pierna golpeándole de rebote. Esta vez no se entretuvo en patalear, se levantó casi inmediatamente y volvió a arremeter contra mí. A dos pasos que yo retrocedía, él se aventajaba uno.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Su insistencia era increíble, arremetió tres veces más hasta que, agotada, caí al suelo. En su última envestida, me agarró por los hombros intentando morderme el cuello. No negaré que el hecho de no tener mi arma a mano y que el endemoniado niño estuviera a punto de arrancarme la cabeza no me tuviera algo nerviosa.</div>
<div style="text-align: justify;">
En el mismo momento en el que ya lo daba todo por perdido, un disparo redujo a mi oponente al suelo, donde se retorcía de dolor con un hombro sangrando. El vampiro se dejó ver como el infante que denotaba su aspecto. Busqué inmediatamente a mi salvador con la mirada. Frente a mí, dos hombres se acercaban a paso lento; uno era bajo y menudo, trajeado con una corbata roja, mientras que el otro era mucho más grande y corpulento, llevaba un traje muy similar al de su compañero, salvo que su corbata era blanca que portaba un fusil francotirador.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Me levanté e intenté ejercer mi autoridad como agente del gobierno.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Mi nombre es Abby MacGonagall. Están interfiriendo en una misión del gobierno de los Estados Unidos. De no identificarse y entregar sus armas me veré en la obligación de reducirles por la fuerza.</div>
<div style="text-align: justify;">
La entrada de otro agente de la unidad me dejó anonadada. Vladimir apareció de un salto subido sobre una moto negra que había hecho derrapar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- ¡Abby, quédate detrás de mí!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Cómo dices? Soy la agente encargada de ésta misión -. Después de todo lo ocurrido en el despacho de Goemon, no cedería mi misión sin rechistar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- La misión ha sido cancelada. Retírate ahora -. Vladimir estaba más serio de lo que lo había visto nunca y eso me dio muy mala espina… pero mi misión era mi misión.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- ¡Y una mierda! No sé quién sois vosotros pero…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Abby, ¡CÁLLATE! Ellos son de Imperium – ordenó Vlad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Imperium?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El hombre más bajo empezó a reírse y se adelantó un par de pasos. Tal como me había parecido, debía ser el jefe.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Vlad, viejo amigo, el tiempo no te ha tratado muy bien.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Hola, Obadalla. Veo que has ascendido tras mi marcha.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Sí, Christopher no es un compañero tan agradable como lo solías ser tú.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Como si tal cosa, sacó del bolsillo interior de su chaqueta un arma automática de gran calibre y reventó el cráneo del niño sin dejar de mirar a Vlad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Marco y Gabriel estarán contentos de saber que sigues vivo. Aunque no creo que a Gabriel le agrade saber que ahora estás con esos… humanos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- No tengo intención de regresar a la orden. Marco lo respetó y Gabriel... bueno, él simplemente se abstuvo de opinar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Gabriel siempre te tuvo entre su guardia y te consideró de su élite. No te negaré que se sintió defraudado con tu marcha, pero en fin… Si me disculpas, tengo que llamar a los agentes de limpieza para que se deshagan de toda esta basura.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Miré a mi alrededor, los humanos volvían lentamente a la normalidad. Pero, de repente, mi visión se vio perturbada por un fuerte golpe que me dio Vlad por la espalda. Cuando desperté horas más tarde, estaba en el porche, en una gasolinera a más de doscientos kilómetros del lugar. Salí del coche y vi a Vlad montado en su moto, esperándome. Miraba al horizonte, hacia el lugar donde habíamos dejado Suidville, había una columna de humo negro.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Qué coño fue eso? ¿Y quién narices eran esos tipos?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Imperium – contestó él sin mirarme.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Y qué es Imperium? – pregunté con exasperación.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Sólo puedo decir que, si ves a gente de Imperium, esfúmate. La próxima vez no estaré aquí para salvarte el culo – me echó una última mirada y arrancó la moto.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Aceleró, dejándome allí con la palabra en la boca y sin respuestas. El único que podía explicarme qué o quién eran los de Imperium y qué tenía que ver Vlad con ellos era Goemon… aunque, antes de eso, tendría que explicarle aquel desastre de misión.</div>
<br />
<div style="text-align: center;">
<b>INFORME CERRADO</b></div>
</div>
Anthony Bhttp://www.blogger.com/profile/16575473139711324451noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3599433308227530253.post-86291445581909109192013-04-04T23:08:00.003+02:002013-04-04T23:52:22.935+02:00Ya vamos por tres episodios y el cuarto en camino<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
Ya vamos por los tres episodios de <b>Unidad 86</b> y más de 300 visitas, aunque seguidores por ahora poquitos, pero bueno, no tenemos prisa. Hay gente que no sabe que para leer los episodios antiguos tiene solo que pulsar la tecla de:<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: large;"> <b><<Entradas Antiguas </b></span></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<b>Por ahora los episodios son:</b></div>
<div style="text-align: left;">
</div>
<ul style="text-align: left;">
<li>Episodio 00: Diario del Director General Ishikawa... Goemon</li>
</ul>
<ul style="text-align: left;">
<li>Episodio 01: Informe 2412 - Aullidos en el parque... Abby Mcgonagall</li>
</ul>
<ul style="text-align: left;">
<li>Episodio 02: Informe 4231 - Ruptura en un día libre... Vladimir</li>
<li>Episodio 03: Informe 5402 - La prueba de Goemon (aun en proceso)</li>
</ul>
<br />
<b><br /></b>
<b>ALGO QUE LA GENTE DEBE SABER</b><br />
<br />
<ol style="text-align: left;">
<li>Ya estamos preparamos un <b><i>concurso</i></b>.</li>
<li>Muchos pensaran que es pronto para realizar concursos, pero también pensamos que los concursos hace que la gente se sienta más unidos al blog y que éste se de a conocer a más personas.</li>
<li>Este proyecto intenta ser una forma de acercar literatura a quienes le gusta leer fantasía, ya que nuestra idea no es vender libros, sino ofrecer cultura a quienes desean tenerla.</li>
<li>Aclaramos que <b><i>no exigimos comentarios,</i></b> pero que comentar es una forma de agradecer el esfuerzo y el tiempo de los que realizan el trabajo en el blog.</li>
</ol>
<br />
<br /></div>
Anthony Bhttp://www.blogger.com/profile/16575473139711324451noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3599433308227530253.post-59710426746564776222013-02-03T18:46:00.000+01:002013-04-04T01:00:35.809+02:00Episodio 02: Informe 4231 - Ruptura en un día libre<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Día libre de la semana. Para muchos es algo esperado
con anhelo pero, para mí, sólo era un domingo más. Me llamo Vladimir Romanoff,
procedo de la vieja Valaquia, lo que hoy se conoce como Rumanía y soy vampiro
desde el año 1810. Mi transformación no fue lo que muchos humanos pensarían: No
tuve a un Sire que me enseñase, ni aprendí de mi maestro los secretos del
vampirismo. Fui engañado por una prostituta que se alimentaba usando su belleza
como carnaza para el hambriento. Mi conversión fue dolorosa y muy violenta. La
gente moderna y las diferentes leyendas hablan de unas razas de vampiros
inexistentes, los vampiros podemos andar bajo el sol, pero somos vulnerables
pues perdemos nuestras habilidades sobrehumanas. Aunque es cierto que el exceso
de rayos solares nos deshidrata hasta el punto de que podemos llegar convertirnos
en una explosión de sangre y carne. Tampoco nos transformamos en humo ni murciélagos,
metamorfoseamos sí, pero bajo conjuros que requieren unos ritos y un nivel que
no se explican en las leyendas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
<a name='more'></a><br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Pienso en mis últimos momentos como humano y
aparecen ante mí los recuerdos de mi hogar, tan diferente que es de América. Aquel
frío, siempre presente, que congelaba mis huesos poco a poco; sentir cómo mi
sangre brotaba de mí y me abandonaba lentamente, como si mi cuello fuera un río
de vida que fluye hasta el mar de mi muerte. Creyéndome muerto, mi creadora me
dejó sobre la nieve teñida a que el simple clima limpiara la escena de pruebas.
En unas pocas horas, mi cuerpo se encontraba a unos cuantos metros bajo la
nieve...<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Y aquí estaba en un parque de atracciones comiéndome
un perrito caliente y un algodón de azúcar como si nada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Suele extrañar ver a un vampiro comiendo comida
humana… pero sí, los vampiros podemos comer lo que deseemos. El problema es
nuestra dieta de nutrientes y líquidos: Necesitamos introducir en el organismo
una serie de fluidos y minerales que nos ayudan a mantener vivos los órganos
vitales. Realmente, y aclarando, la sangre es el mejor medio de suplir fácil y rápidamente
esas necesidades. Pero no es fácil conseguirla, sobre todo cuando la
organización para la que trabajas considera “asesinato” a tus hábitos
alimentarios. Tampoco defecamos, al transformarnos, nuestro sistema digestivo
cambia, los alimentos que ingerimos son succionados por nuestro cuerpo
lentamente y, una vez están exentos de ellos, son... regurgitados. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">La existencia se había convertido para mí en una
sucesión de días monótonos y aburridos, por eso trabajaba para la Unidad 86,
resultaba ser un buen método para evadirme de mis propias meditaciones y, al
mismo tiempo, ganarme la simpatía del gobierno. Esa era la razón principal por
lo cual no me entusiasmaban especialmente los días libres que me concedían en
la Unidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Tomé la costumbre, para apurar ese cúmulo de días al
mes, de pasarlos en los números parques de atracciones que se reparten por los
diferentes Estados americanos. Paseaba entre las gentes dejándome inundar por
las emociones que desprendían, quizá por eso la montaña rusa era de mis
atracciones favoritas. Nada tenía que ver con que fuera ruso, era la mezcla
entre el temor, la tensión y la diversión de los que se subían en ella unidos a
la mía propia lo que me resultaba orgásmico. Acudía solamente los días nublados
para resentirme lo menos posibles ya que así era capaz de sentir las emociones
ajenas más intensamente, además una cosa era poder vivir bajo el sol y otra muy
distinta a que me exponga por el placer de sufrir gratuitamente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Había espectáculos que no cambiaban, como por
ejemplo los acrobáticos. Antaño, si querías ver este tipo actos, tenías que
esperar a que acudiera el circo a tu ciudad. Hoy es algo más familiar y busca
el ilusionismo y la fantasía del espectador, no sólo del niño… sino también del
adulto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Lo que no esperaba fue tener que trabajar un día
libre y, menos aún, encontrarme duendes y hadas realizando acrobacias para el público.
Nada de eso era normal. El tratado de Eva prohíbe a toda criatura <i>"no humana"</i> revelar su
existencia a los seres humanos. Todo aquél que incumple el tratado es condenado
a diferentes tipos de castigos, según sea el grado de incumplimiento o los
daños provocados. Para el más grave de todos, la condena era la muerte. Y
aquellos seres, precisamente, estaban incumpliendo bastantes puntos del
tratado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">El público disfrutaba de la diversión, creyendo
disfraces o inclusive robots de última generación lo que tenían ante sus ojos. Me
levanté y salí de los asientos asignados al público, acercándome lo más posible
a la zona del espectáculo e intenté capturar a uno de los duendes. No son seres
fáciles de atrapar, pero era algo que ya había hecho antes y tenía mis propios
trucos. Sin embargo, cada vez que lo tenía arrinconado e iba a atraparlo… ¡Puf!
Desaparecía como una pompa de jabón que explota en el aire. ¿Duendes que desaparecen
en la nada? Antes de que aquello se me fuera de las manos, preferí avisar a la
central.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpFirst" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Central, aquí Romanoff. Hay un 3-15 en el parque de atracciones de Long
Island.</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpLast" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Romanoff, aquí central – podía escuchar cómo tecleaban rápidamente al
otro lado del teléfono -. No detectamos
seres paranormales en su situación.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Miré a mi alrededor, el parque estaba infestado por
un montón de seres que correteaban de un lado otro, ofreciendo espectáculos e
incluso gastando bromas a los civiles.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpFirst" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Central, ¡eso es imposible! Estoy rodeado de ellos… - hubo una
interrupción en la radiofrecuencia.</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Romanoff, le habla el mayor Plasman, ¿me recibe?</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Le recibo, mayor.</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Creemos que ha localizado a un sujeto de experimentación que se
encuentra en un estado de inestabilidad.</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Mayor, necesito saber a que me enfrento o si enviarán a algún agente
para cubrir el sector.</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpLast" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]-->– <span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Negativo Romanoff, eres el agente más cercano y, cuando llegásemos,
sería demasiado tarde para actuar. Tienes que localizar y eliminar al sujeto de
pruebas V-seis. ¿Entiendes tu misión?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Lo medité en una décima de segundo. No sólo no sabía
qué estaba pasando con exactitud, sino que esperaban que eliminase… ¿A quién?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpFirst" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Mayor, necesito más datos. No puedo realizar la misión sin la
información correspondiente. Además, no dispongo de ningún arma.</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>–<span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;"><span style="font-size: 7pt;"> </span></span><span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Romanoff. Tu misión es encontrar al sujeto V-seis, una niña alrededor
de los seis años y pelo castaño oscuro. Tiene la habilidad de alterar la
realidad con su mente. Hace unos días se nos notificó que había escapado de los
laboratorios y que podría llegar a encontrarse en un estado inestable. Si el
sujeto no es detenido podría sufrir un colapso psíquico que llegará a matar al
millar de personas que se encuentren dentro de un radio superior a los diez
kilómetros. ¿Comprendes ahora tu misión, Romanoff?</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpLast" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Sí, mayor, comprendido.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">No hacía ni una hora me comía un algodón de azúcar
mientras esperaba en la cola para entrar al espectáculo y ahora me habían
encomendado una misión en la que debía eliminar a una niña de seis años. ¡Oh
sí, grandioso día libre! Lo primero era buscar la fuente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Lo único que podía hacer en mi situación era buscar
el lugar más alto del lugar. La montaña rusa tenía un amplio espacio y altura,
pero los movimientos resultarían demasiado bruscos como para poder localizar al
sujeto… sin contar con mis propias distracciones. Tras echar una mirada
alrededor, me dirigí directamente hacia la noria. Me acerqué a la taquilla y,
cuando estuve frente al chico que controlaba la atracción le enseñé mi
identificación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Prrafodelista" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;">
</span></span><!--[endif]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Vladimir Romanoff, agente del gobierno – el chico palideció, boqueando
igual que si hubiera visto un fantasma -. Me encuentro en una misión delicada y
voy a necesitar su colaboración. Necesito que pare el aparato justo cuando me
encuentre en el punto álgido. ¿Hay algún problema con ello?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Aquel chico fue incapaz de contestar, negó con la
cabeza repetidas veces y tan sólo asintió cuando le indiqué que iba a subir.
Una actitud bastante sospechosa, pero si aquel chaval tenía problemas con la
policía o el gobierno no era asunto mío. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">La persuasión siempre me había resultado muy fácil,
una de las tantas habilidades que se adquieren con la conversión vampírica, al
igual que las habilidades psíquica. Podía encontrar a cualquier persona en
menos de un minuto en un radio tan superior como podía ser el centro de
atracciones; la dificultad residía en buscar a alguien con un nivel psíquico
tan alto como el mío… o, incluso, superior. Si el sujeto detectaba que
intentaba localizarlo podría sufrir un contraataque en respuesta. Simplemente
esperaba que no fuera así.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Me senté en el suelo de la cabina, justo en el
centro para intentar mantenerla equilibrada y vacié mi mente. Dejé que todo
fluyera a mi alrededor, llenándome con todas las emociones pero sin prestar
atención a ninguna de ellas, como un ciclo de agua. Unas ondas comenzaron a
sobresalir por encima del resto, una sensación fuerte y dominante sobre el
resto que tenían su centro en el parque infantil. Ése era mi sujeto. Le di una
voz al maquinista, que se apresuró a poner en funcionamiento la maquinaria para
que pudiera bajar. Tras darle las gracias, me dirigí hacia el parque infantil;
lo bastante rápido como para llegar antes de que el sujeto se moviera de allí,
pero lo suficientemente despacio como para no llamar la atención.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">El parque estaba vacío a excepción de una niña
pequeña de pelo castaño que se balanceaba en los columpios con el rostro
cabizbajo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Prrafodelista" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">V-seis, ¿puedes escucharme?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
– <span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">La niña no se inmutó pero, tras ella, se levantó un
torbellino de viento que arrancó varios columpios de cuajo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Prrafodelista" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">¡Espera! – grité -. ¡No quiero hacerte daño!</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
– <span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Sin posibilidad de moverme, fui aplastado por un
amasijo de columpios.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpFirst" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">¡Tú eres uno de ellos! Como no podéis usarme como arma… queréis
matarme.</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpLast" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">¡NO! Eso no es así. Sólo deja que me explique, por favor…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">El viento se fue disipando lentamente dejando de
aplastar la masa de columpios sobre mí. Me levanté y me acerqué hasta la niña.
Le indiqué con la mano si podía sentarme en el columpio que había al lado, sólo
entonces, la niña alzó la cabeza para mirarme con unos ojos cristalinos que
variaban de color. Asintió una vez con la cabeza y yo intenté acomodarme en el
pequeño columpio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpFirst" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Me equivoqué – murmuró ella -. Tú no eres como ellos. No tienes
intención de matarme… Gracias.</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">No mato a nadie que no quiera matarme a mí, menos aún a niños.</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">¿De verdad eres un vampiro?</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Sí, aunque no somos exactamente como los que ves en las películas.</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Puedes salir a la luz de sol.</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Sí – contesté, aunque no era una pregunta, ella ya lo había visto en mi
mente.</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">¿Y si te clavan una estaca en el corazón te mueres?</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpLast" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Sí, bueno… ¡Y a quién no le mataría eso!</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">La niña empezó a reírse. Al verla reír, entendí la
gracia y yo también me reí con ella. De repente suspiró y se quedó seria.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Prrafodelista" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Leí la mente de un hombre, en el laboratorio. Decía que mi vida terminaría
pronto y que no podría ser usada como arma… Por eso escape. Cuando estuve en su
laboratorio no dejaban de hacerme pruebas y preguntas: <i>"¿V-seis puedes mover este vaso, Esta silla, a este sujeto?”</i> Sí, podía.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Observé sus ojos, aunque ella no era consciente de
ello, sus ojos se enturbiaban con cada palabra que decía. Comprendí entonces
que la variación del color de sus ojos dependía de su estado de ánimo o de sus
recuerdos. Ella continuaba hablando, sin percatarse de mi distracción.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 18.0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpFirst" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Me aburría de hacer lo mismo todos los días… y comencé a leer sus
mentes. Veía como pasaban su tiempo libre, lo que hacían cuando salían del
laboratorio, traían a sus hijos a sitios como éste los fines de semana… y
también tenían recuerdos cuando eran pequeños, se divertían en los columpios
del parque. Yo también quería tener esos recuerdos, quería venir a un parque de
atracciones, aunque sólo fuera una vez. Huí, al saber que no me quedaba mucho
tiempo para poder cumplir mi sueño, como dicen los mayores. Pero, la verdad, es
que ahora me doy cuenta de que lo único que quería era tener a alguien con
quien jugar de vez en cuando. Sólo eso.</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpLast" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>–<span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;"><span style="font-size: 7pt;"> </span></span><span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Querías tener un amigo… sé lo que es eso. Cuando eres un vampiro, no
puedes hacer muchos. O bien son mortales o porque son comida. Luego intentas hacer
amigos entre los tuyos, no te creas todas esas historietas, por norma general
los vampiros somos muy solitarios. No a todos nos gusta obedecer órdenes entre
sí, por lo que nuestras relaciones son complicadas. Así que créeme, sé lo que
es no tener amigos con quien poder jugar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Nos quedamos unos segundos en silencio, cada uno
mirándonos nuestros pies. Algo dentro de mi mente comenzó a romperse, como un
circuito de cables que van desconectándose. Alcé la mirada buscando a mi
alrededor, miré a la niña quien, poco a poco, se iba apagando como una luz.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpFirst" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Moriré pronto, ¿verdad?</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Sí, lo siento, ojala pudiera hacer algo para ayudarte.</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpLast" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="text-indent: -18pt;"><span style="font-size: 11pt;">¿</span><span style="font-size: 15px;">Podrías</span><span style="font-size: 11pt;"> quedarte conmigo, por favor? Eres la primera persona que siento como si fuera un amigo – Cuando alzó la mirada hacia mí, estaba
llorando.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">La sentí como a una hija, buscando en mí la
protección de un padre. Le di la mano y se la agarré con fuerza.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpFirst" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>–<span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;"><span style="font-size: 7pt;"> </span></span><span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">¡Claro! Es más V-seis, si deshaces todas las ilusiones del parque, te
ofrezco que leas mi mente para que veas los diferentes parques de atracciones
que he visitado.</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">No me gusta el nombre de V-seis, nunca tuve un nombre real.</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Entonces, elegiremos uno, si quieres… - ella me miró sonriente.</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">¿Cuál crees que sería mi nombre?</span></div>
<div class="PrrafodelistaCxSpLast" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">-<span style="font-size: 7pt;"> </span></span>– <span style="font-size: 11pt; text-indent: -18pt;">Valentina, tiene su origen en el latín y significa: Valerosa – la niña
apretó mi mano y me sonrió.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Cerré los ojos, visualizando los diferentes parques
de atracciones que visité, aunque había algo diferente en mis recuerdos, era
como revivir aquellas situaciones, como si hubiera vuelto al pasado, podía
sentir nuevamente la alegría, la excitación y el miedo sostenido como si
estuviera experimentándolos por primera vez… Hasta que, horas más tarde, mis
recuerdos volvieron a ser sólo eso, recuerdos. La mano que sostenía con fuerza,
se volvió débil y fría, volví a la realidad del parque infantil nuevamente.
Miré a la niña con tristeza, sólo ver su rostro me arrancó una última sonrisa,
pues donde antes sólo había rabia y tristeza se veían ahora unos ojos cerrados
dulcemente, con el recuerdo de las últimas lágrimas y una amplia sonrisa en los
labios. Me alenté al pensar que en mis recuerdos había podido, junto a su
primer y único amigo, vivir la experiencia de ir a cientos de parques de
atracciones. Pero eso no terminaría ahí. Hice una llamada a un viejo amigo mío,
encargándole que se llevara el cuerpo de Valentina antes de que llegasen los de limpieza de la Unidad 86.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Unas semanas más tarde, pedí unos días libres para
viajar a mi país y visitar un viejo y abandonado mausoleo familiar. Allí recibí
a mi viejo conocido, que había traído consigo la urna criogénica de la pequeña
niña. La enterré en aquel lugar, donde yacían los restos de mis padres y
hermanos. No podía poner mucho en su epitafio, tan sólo unas líneas que
rezaban:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<i><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">"Aquí yace
Valentina Romanoff. Tus amigos se alegran de que cumplieras tus sueños"<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Nadie supo jamás el verdadero paradero de la pequeña
V-seis. A la Unidad 86 expliqué que la niña implosionó de tal forma que
desapareció sin dejar rastro, a excepción de unos residuos psíquicos, que
fueron los producidos por las alucinaciones de la niña. La excusa quedó
bastante creíble y tal cual fue descrita a los responsables de los laboratorios.
Trabajo concluido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Aunque, cada cierto tiempo, regreso a visitar el
mausoleo para llevarle una entrada sin usar de cada parque de atracciones a los
que he ido para contarle las diferentes atracciones y emociones que he vivido.
Nunca habría podido imaginar que alguien a quien conocí en tan poco tiempo y en
unas circunstancias tan adversas, pudiera llegar tan profundo en mi corazón.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b><span style="font-size: 11.0pt; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">INFORME CERRADO<o:p></o:p></span></b></div>
</div>
Anthony Bhttp://www.blogger.com/profile/16575473139711324451noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3599433308227530253.post-18176068010076541792013-01-10T13:49:00.000+01:002013-01-26T13:51:25.820+01:00Esperando el ultimo informeEl nuevo informe "4231 - Ruptura en un día libre" esta escrito y en fase de corrección. El por qué de la tardanza desde la anterior publicación es que hay que añadir que todas las historias han de ser no sólo escritas, sino corregidas y registradas.<br />
<div>
<br /></div>
<div>
Nos gustaría aclarar que Unidad 86 no es el único proyecto entre manos de los autores, ya sea juntos como por separado, lo cual añade un factor de espacio-tiempo, que en ocasiones no puede evitar ser un problema a la hora de publicar.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Todo lo que es subido a la página de Unidad 86 tiene derechos de autor, tanto sus personajes como sus historias. Desearíamos que comentarais lo que os parecen y si tenéis alguna critica, siempre que sea constructiva se dé a conocer. En Unidad 86 estamos interesados en mejorar, pero todo desde el respeto hacia los autores y al público.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
<br /></div>
<div>
Anthony B. y Victoria B.</div>
Anthony Bhttp://www.blogger.com/profile/16575473139711324451noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3599433308227530253.post-48440519909601670572012-12-26T03:31:00.005+01:002013-04-04T01:00:52.355+02:00Episodio 01: Informe 2412 - Aullidos en el parque<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
<br />
<br />
Cinco… cuatro… tres… dos… uno. El reloj marcó las doce de la noche y ya estaba en mitad del parque, una mujer de veintitantos y sola, con la escasa iluminación de unas farolas que emitían una luz cenicienta. Muchos se preguntarían que clase de perturbada pasearía por un lugar así, a esas horas… y sola; fácil de explicar: Trabajo en la unidad paranormal del gobierno como detective y si un transeúnte haciendo footing denuncia que vio un enorme oso, ahí estamos nosotros. Por lo general, los osos son bastante conocidos para ser considerados “seres paranormales”; pero un oso gigante pinta lo mismo en un parque urbano que un león en el desierto. ¿No crees?</div>
<div style="text-align: justify;">
<div class="MsoNormal">
<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
<a name='more'></a>Como en el resto de cuerpos del orden, solemos trabajar en equipos de dos personas, aunque actualmente trabajo sola. Por suerte o por desgracia, ningún compañero me dura lo suficiente o no es capaz de seguir mi ritmo. A mi primer compañero, por ejemplo, lo mataron unos gremlins encabronados que un excéntrico millonario quiso regalarle al consentido de su hijo; el siguiente, perdió la cabeza por ir de ‘<i>llanero solitario’</i> todo el tiempo en la captura de una momia que intentó resucitar a su antigua novia en el museo metropolitano. Y así podría seguir toda la noche. ¿Solución? Camino sola con una ‘Desert Eagle’ en el muslo. ¡Así soy yo! Una chica a la que le gusta tener entre sus delicadas manos una cosa grande y dura rellena de plata. El trabajar con y para uno mismo siempre tiene sus ventajas, en mi caso, poder fumar cuanto quisiera. Uno de mis compañeros –el de los gremlins si mal no recuerdo–, era un tío de esos que consideraba el tabaco algo diabólico y que las compañías tabaqueras planeaban una conspiración para conquistar el mundo y esas cosas. Si no hubiera estado como una regadera y no me hubiera soltado el mismo rollo cada vez que me veía con una cajetilla… le habría dado una razón para fumarse uno, y si no hubiera sido devorado por unos bichos locos antes de tiempo, claro está.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Cuando llegué a la escena del crimen, el agente Albrech ya estaba allí jodiendo las pruebas. No podía decir que fuera un mal policía, por alguna razón lo habían conservado en su puesto, pero no era la primera vez que estropeaba las pruebas del crimen o entorpecía la resolución de una misión.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
– ¡Joder! ¿De entre todas las putas que hay en tu unidad te envían a ti, Abby? – Un encanto hablar con él, ¿eh? </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
– Albrech, yo al menos hago mi trabajo sin llenar las cosas de kétchup u olor a sobaco. - Sí, además de un inútil, era un marrano. ¡El sueño de toda mujer! – Albrech, ¿qué tenemos?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
– Un petit cruasán, que estaba corriendo a eso de las doce de la noche de ayer, se topó con un enorme oso negro, según él. Pero luego, en la declaración aclaró que, aunque parecía un oso, tenía más cara de perro salvaje.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
– Un hombre lobo pues. – Nota mental: ¡Mierda! Esos son de las ligas profesionales. - Están muy lejos de casa, ¿no crees bola de sebo? </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
– A mí eso me da lo mismo. Yo sólo tengo ganas de que termines para ir a tomarme un café.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Dejando al neandertal en sus cosas, saqué del bolsillo una linterna especial que utilizamos para detectar residuos “espectrales”. En pocas palabras, la linterna de toda la vida. No tuve que buscar demasiado, en los árboles más alejados del foco de luz de las farolas, detecté lo que podría ser la marca de una zarpa, pero claramente no era la de un oso. Comencé a mosquearme. De estar por la zona, era probable que pudiera retenerlo lo suficiente hasta que la unidad enviara refuerzos y, siendo yo de una unidad que no existe y una criatura que sólo se ve en los cuentos de caperucita, me las vería muy jodida.<br />
<br /></div>
<div class="MsoListParagraph" style="text-indent: -18pt;">
<!--[if !supportLists]-->-<span style="font-size: 7pt;"> <span style="font-size: small; text-indent: 0px;">–</span> </span><!--[endif]-->¡Eh! Bola de sebo, ¿el parque está cerrado y el perímetro asegurado? … ¿Albrech?</div>
<div class="MsoNormal">
<br />
Las cosas empezaban a ponerse feas. Pistola en mano ¡ya! Ese gordo no saldría de la vista ni de un satélite. Con la pistola entre mis dedos y el seguro quitado, observé la zona donde, hasta escasos segundos antes, había estado el agente desaparecido. Había rastros de sangre… o kétchup… no dejaba de tratarse de Albrech. Al margen de eso, no encontré nada más. Los árboles de mis alrededores eran frondosos, pero no lo suficiente como para esconder a una bestia de las proporciones que suelen tener. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Si tienes que enfrentarte a un peligro como es un hombre lobo en noches de luna llena, recurres a lo que te enseñan en la academia: </div>
<div class="MsoNormal">
<i><br />
</i></div>
<div class="MsoNormal">
<i>“No te apresures, analiza tu entorno y nunca bajes la guardia”.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Parece fácil, pero hay que imaginarse a uno mismo en la situación. Directamente me coloqué en el camino empedrado que recorría el parque, la zona más limpia de árboles… y también la más iluminada. Si la bestia quería atacarme, tendría que salir a la luz.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
– ¿Albrech? ¿Estás por aquí? Contesta. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Si las cosas no podían ponerse peor -que es lo que pasa por la mente de cualquiera en esos momentos- toda la luz del parque se fue, dejándome a oscuras. Ya no me quedaba ninguna duda: Era un hombre lobo. Pero éste no llevaba en el lugar dos días, o pertenecía a la comunidad o ya había estado antes aquí. Me coloqué las gafas de visión nocturna de la unidad de forma mecánica. ¡Eso sí es alta tecnología! Ya que, aunque tienen los cristales especiales y toda la parafernalia para ver en la noche, tienen la apariencia de unas gafas de sol normales de lo más chics. Tonterías aparte. No doy más espacio de tiempo para pedir refuerzos. Si aprendí algo de mis compañeros es que ser temerario no lleva a ningún sitio.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
– Central, aquí McGonagall. Hay un agente desaparecido y posiblemente halla sido asesinado por un hombre lobo. Necesito refuerzos, repito necesito unidades de refuerzo.</div>
<div class="MsoNormal">
– McGonagall, aquí central. Los refuerzos están en camino </div>
<div class="MsoNormal">
– Central, ¿cuánto tiempo tardarán?</div>
<div class="MsoNormal">
– Mcgonagall, tiene que resistir al menos dos horas.<br />
<br />
Dos horas, cualquiera diría que no es nada de tiempo. Un hombre lobo no es cosa a tomar a la ligera. Ni llevando un lanzagranadas me sentiría segura.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Lo más inteligente en esos momentos, es no esperar el ataque. Empezaría por investigar el estado de los generadores del parque para volver a tener la ventaja de la luminosidad; además, lo más seguro era que el hombre lobo se encontrara aún allí. Si tenía la oportunidad, le volaría la cabeza antes de a esa bestia se le ocurriera arrancarme la mía.</div>
<div class="MsoNormal">
<br />
Mis movimientos no eran lentos pero tampoco rápidos, pasos seguros como los llamábamos nosotros. No me llevó más de quinde minutos localizar la caseta de los generadores del parque, añadiendo que la pintada del bosque en grafiti me despistó en el primer reconocimiento. Apoyada en el muro, analicé la puerta. Por el hueco de la puerta donde debía estar el pomo, pude comprobar la inexistencia de luz en el interior. No tenía ninguna ventaja, la puerta estaba entreabierta hacia afuera, tenía mucho más que perder que si fuera para adentro. Era hora de echarle coraje. Revisé mis opciones, utilizaría mi cinturón para tirar de la puerta, eso me daría espacio y tiempo de reacción. ¡Perfecto! Con pasos cautelosos y lo más sigilosa de lo que era capaz, enganché la hebilla del cinturón a la puerta.</div>
<div class="MsoNormal">
<br />
Un fuerte golpe rompió la puerta, expulsándome varios metros hacia atrás por el impulso. En estas circunstancias, no puedes evitar cerrar los ojos y cubrirte por instinto de supervivencia, pero no tardo más de dos segundos en reponerme. Sólo para retroceder dos pasos más alucinando con la vista. Era Albrech, o lo que parecía el. Era una deformidad humanoide, medio rostro deformado y la otra conservando su apariencia habitual. Su cuerpo estaba siendo atacado por el virus de la licantropía. Aún no podía ser uno por el espacio de tiempo tan corto en el que se estaba transformando.<br />
<br />
– Albrech, ¿eres tú? Contesta.<br />
<br />
– ¿Abby? ¡Abby! ¿Qué es lo que me pasa?<br />
<br />
No pude contestarle. Estaba, claramente, infectado. Pero no había pasado ni una hora desde su desaparición, era imposible que el virus le estuviera cambiando tan rápidamente. Las cosas se estaban complicando cada vez más y se escapaban de mis manos.<br />
<br />
– Central, aquí Mcgonagall. Encontré al agente desaparecido, está infectado pero no presenta ningún tipo de mordedura.<br />
<br />
– Aquí Central. Proceda con su eliminación.<br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--></div>
<div class="MsoNormal">
Era el procedimiento habitual, en la Unidad prefieren el desaparecido o el muerto a tener que curar a alguien como él. Lo malo fue que él también había escuchado la conversación y no le hizo el mismo tipo de gracia. Albrech se lanzó sobre mí con intención de matarme y yo le disparé al pecho. Pero, a pesar de su sobrepeso, sus movimientos eran rápidos. Se movía en zig-zag evitando un segundo disparo. Cuando menos me lo esperaba, me agarró por la espalda imposibilitándome moverme. ¡Pobre! Eso solo pasa en las películas, yo no pensaba quedarme esperando el mordisco. Aunque algo temeraria, giré la pistola con los dedos esperando que la bala le acertase. ¡Bingo! Le di de lleno, cayó al suelo retorciéndose de dolor, liberándome sin pretenderlo. Aunque esta vez el tiro me hubiera salido perfecto, no pensaba darle una segunda oportunidad. “Si te despistas mueres” Ese lema era sagrado.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i>“¡Qué se joda!”</i> cruza por mi mente. Me da exactamente igual si era un ex-agente, ahora era una bestia que había intentado matarme. Había disparado a otros por mucho menos que eso.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Descargué sobre él el cargador y, por si faltaba, le disparé otras dos nuevas en la cabeza. Si se levantaba después de eso… desde luego tendría serios problemas. Relajé los hombros cuando comprobé que no iba a levantarse. Pero ahí no había acabado todo. Tras la ráfaga de disparos, el silencio se rompió por un fuerte aullido, seguido por bastante más; la respuesta de, lo que tenía que ser, un ejército. <br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i>“Parece que no les gusta que maten a uno de los suyos ni aunque sea Albrech” </i>me permito mi momento cómico mientras recargo la pistola. <br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
De la nada empezó a salir, a lo lejos, un enorme hombre lobo, enfocó sus ojos sobre y mí y, lentamente echó a andar hacia mí. A unos escasos metros de él, comenzaron a aparecer lo que parecía una manada formada por más de veinte hombres lobo. Piensas: ¿Les disparo? Sí, ¿tengo balas para todos? … ¡Ni de coña! Tendría que pensar en un plan alternativo, y rápidito.<br />
<!--[if !supportLineBreakNewLine]--><br />
<!--[endif]--></div>
<div class="MsoNormal">
- ¡Quietos! – grité con toda la fuerza de mis cuerdas vocales. Seguro que mi grito no les inspiraría temor; pero nadie puede negar que, al menos, lo intenté. <br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Plan C. ¡A la mierda! Si el alfa cae… los otros huirán. Abrí fuego sobre la enorme bestia que avanzaba inquebrantable… Y seguía avanzando. Las balas impactaban sobre ella pero ni siquiera se inmutaba. Al disparar la última bala, la bestia había llegado a mi altura, tan segura como estaba, preparó la garra para desgarrarme. El miedo me paralizó, sin poder quitar los ojos de cómo se encorvaba –como si fuese un lobo– para atacar saltando sobre mí.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
¿Estoy acabada? Sorprendentemente… No. La bestia es abatida por un centenar de balas que llegan desde todas las direcciones, llegando inclusive al ejército lobuno que se había quedado en la retaguardia. Uno a uno van cayendo, pero no bajo mi guardia hasta que el último de ellos está en el suelo. Unos helicópteros aparecieron en la escena y, uno de ellos, inició el aterrizaje.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Una vez en tierra firme, el primero en bajar fue el jefe al mando, el Mayor Plasman, un ex militar que se distinguía por dirigir a todo y a todos como en el ejército. Pero es un hombre en el que se puede confiar.<br />
<br />
– Mayor - me cuadro y le saludo a la manera tradicional militar.<br />
<br />
– Me debes una caja de puros por esa alfombra que acabo de regalarte – sonrió. Era su forma de decir: “Te acabo de salvar el culo”. Pero, ¿acaso es mentira?<br />
<br />
– Le compraré la mejor marca, señor. Por cierto, señor. Sobre Albrech…<br />
<br />
– No recuerdo a nadie con ese nombre. Y creo que usted tampoco. – De nuevo, su semblante estaba serio y tenso.<br />
<br />
– No, Mayor. Hablo sobre su transformación. Era demasiado anormal que se transformara en un periodo inferior a las cuarenta y ocho horas. Además, no presentaba heridas de mordedura.<br />
<br />
<span style="font-family: inherit;">El mayor no dijo nada, sólo recogió los restos de Albrech y volvió a subir a su helicóptero.</span></div>
<span style="font-family: inherit; line-height: 115%;">Mi trabajo en lo referente a este caso había terminado. Los agentes de limpieza estarían de camino y yo tenía una cita con la ducha y una buena cerveza negra.</span></div>
<br />
<div style="text-align: center;">
<b>INFORME CERRADO</b></div>
</div>
Anthony Bhttp://www.blogger.com/profile/16575473139711324451noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3599433308227530253.post-6573579455600038102012-12-02T01:36:00.000+01:002013-09-16T02:44:06.810+02:00Episodio 00: Diario Secreto del Director General - Ishikawa Goemon<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi nombre es Ishikawa Goemon y, actualmente, soy el Director general de Unidad 86. Antes que yo, otros se sentaron en esta silla y vigilaron el mundo que se encuentra allá afuera. Si sus métodos fueron mejores o si cuando me retiren, se valorará mi trabajo, supongo que importa poco. Todos los informes que se realizan en este lugar son guardados bajo llave y considerados "Top Secret".</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Puedes intentar buscar por Internet, en bibliotecas o incluso en los archivos del Vaticano. Muy pocos conocen la verdad que se esconde tras los muros blindados de esta unidad. Quienes han descubierto su existencia, nunca han llegado a saber nada más lejos de su nombre o de su misión, pero dónde se encuentra, quiénes la forman o el por qué nadie desea que se sepa de ellos son misterios que pocos, incluso en la propia unidad, conocen.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<a name='more'></a><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La U86, no existe ante la sociedad. Y lo que sí sabemos es fue fundada en el año 1861 por el decimosexto presidente de los EE.UU, y formada por los miembros mas galardonados de todos los cuerpos del orden. Esta unidad actúa para mantener la seguridad ante los ataques de criaturas paranormales. Entre sus miembros se encuentran personajes históricos como Charles Darwin, James Franck, etc.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La aparición de seres místicos o paranormales, de los cuales no se podía dar explicación alguna y aún menos mostrarlo a la sociedad de la época, requirió que, en aquel entonces presidente, Abraham Lincoln creara inicialmente una unidad científica para buscar explicación a los diferentes sucesos de la época.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En sus orígenes era una unidad científica, pero diferentes sucesos llevaron a que los conocimientos conseguidos por diferentes miembros se utilizasen para mantener el orden. Uno de esos sucesos fue el asesinato del presidente a manos de una criatura paranormal, que fue cazada y eliminada por el entonces sargento de caballería Boston Corbett, que pasó a formar parte de la Unidad 86 y dirigir los grupos de caza. La salud mental del propio Corbett puso en riesgo la seguridad de la Unidad, por lo que cuando falleció, la Unidad paso a ser un cuerpo científico armado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Solo soy un japones que desciende de un largo linaje de grandes ladrones, y que tuvo la mala suerte de robar el objeto que nunca debió pensar en rozar con sus dedos. Ahora mi vida es otra. Tal vez fuera el destino que mi gran antepasado decidió para mi y que mi camino estuviera guiado por el código Bushido. Sólo me siento en mi sillón, fumando un cigarro rubio siempre en los labios. ¿Mi meta?... morir antes de que me de cáncer.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi misión es dirigir a los hombres y mujeres que dan su vida por proteger a los inocentes, no importa si es humano o una criatura mágica. Nosotros no distinguimos géneros o razas, nosotros sólo tenemos una ley y es la única que cumpliremos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
... Si cree sólo en lo que ve o piensa que lo que ha visto no puede ser posible, jamas creerá los casos que suceden en la <b>UNIDAD 86</b>.</div>
</div>
Anthony Bhttp://www.blogger.com/profile/16575473139711324451noreply@blogger.com4